domingo, 6 de junio de 2010

A La Huerta de Mataquito








SOLIDARIDAD

Después de los acontecimientos del 27 de febrero recién pasado, se han visto muestras de heroísmo, dramatismo y generosidad sin precedentes, pero también grandes equivocaciones en relación a los afectados del terremoto y tsunami y, que nos afectó a todos en general. Ya sea en lo material, por la pérdida de viviendas, en lo económico, por la pérdidas de fuentes de trabajo, en lo social por la reconstrucción de barrios y emplazamientos reconocidos en una u otra localidad. Todos los esfuerzos realizados han sido poco debido a la magnitud del acontecimiento. Entiendo las voces de quejas de algunos de los afectados por la venida del invierno y las lluvias próximas, pero indefectiblemente, todas las quejas apuntan un punto, aquel índice más sensible para los adultos; los niños.

Si bien es cierto se dieron recomendaciones, para velar y cautelar las conductas de los miles de niños afectados emocionalmente por esta catástrofe, todas se manejaron como normas de papel en manos de profesores, que sin ser profesionales en la materia, también eran personas afectadas como los demás. De allí, un tema delicado, es el tratamiento de las emociones y las tensiones que nos legó esta catástrofe y, cómo esta afecta las conductas de los niños en el seno su familia y en la relación con sus pares en la escuela.

Consciente de este fenómeno post terremoto, el colegio donde ejerzo mis funciones docentes, se comprometió a realizar algunas acciones directas para los afectados en esta ocasión, por la sola razón, de que velamos por el bienestar de los niños permanentemente en nuestra función educativa. Creemos sinceramente, que la base emocional de las familias, está directamente relacionada con su bienestar, tranquilidad y seguridad. De acuerdo con estos conceptos primordiales, se encausó una pequeña campaña en vestimenta, alimentos y medicamentos en unos de los lugares de Talca. Con motivo de Semana Santa, se llevó a cabo una nueva campaña de solidaridad en nuestra escuela, donde se reunieron cientos de juguetes con los alumnos y los apoderados, en un intento o como una forma de entregar alegría a los niños y compartir con ellos, un momento grato después de tanta tragedia.

El día 7 de Mayo se conformó una delegación de alumnos y profesores representantes del colegio más nuestro Director, señor Roberto Fernández y la subdirectora señora Alicia Mena, que se encaminó a la zona de La Huerta de Mataquito, específicamente a la Escuela S 134 a cargo del señor Ramón Muñoz. Escuela con niveles de Kinder a octavo básico. El impacto fue doble, nuestra delegación vio las consecuencias y la magnitud de lo vivido por las personas de esta zona costera. La emoción y el compromiso futuro quedó de manifiesto en nuestra piel. Niños que realizaban sus jornadas de trabajos en pequeñas carpas con frío matinal y lluvia, no era para nosotros comprensible. Luego, compartimos media tarde con alumnos y profesores una improvisada retreta de su banda escolar.

Sentimientos encontrados y reñidos con los colores que nos presentaba esta hermosa zona con sus paisajes y viñedos enclavados en la falda de sus cerros, nos hacía larga la jornada de regreso hacia la capital, tan distante de los verdores del río Mataquito y de la sonrisa de los niños agradecidos de lo poco de nuestra generosidad. Poco, por que cualquier trámite que se realice en pos del desarrrollo integral de nuestro niños, nunca será suficiente. Una labor, como la del docente rural, siempre será reconocida con grandeza, por su entrega, su esfuerzo, por su distanciamiento. Por sobre todo la frescura de su tiempo. Sin pasado. Solo piensa en el presente, realizar su función permanente por que siempre, los niños son primero y su futuro, sabedores de que esos niños alegres y festivos serán al fin y al cabo, gestores de nuestro destino. Estamos conscientes de qué, lo que hacemos no es para nada nuevo, pero ver que nuestros niños, con su carita inocente nos brindan una de sus mejores sonrisas por un gesto tan sencillo, nos llena el alma y nos insta a emular las palabras santa y sabias de Alberto Hurtado; dar hasta que duela.

Damos las gracias a las personas que hicieron posible esta iniciativa. Aquellos que consiguieron los contactos telefónicos, (los contactos, son personas de Lontué y otras de Curicó) que determinaron un lugar justo a nuestros requerimientos. Personas anónimas que permitieron que nuestros corazones se hicieran más sensibles y solidarios con nuestros semejantes. Gracias a Dios por protegernos en el camino hacia ellos, hacia los niños del Colegio S 134 de la Huerta de Mataquito.