sábado, 29 de diciembre de 2018

¿NOS ESTÁN MANEJANDO LA CONCIENCIA?


SUBLIMINALES


Un mensaje subliminal es un mensaje o señal diseñada para pasar por debajo (sub) de los límites (liminal) normales de percepción.



Siempre hay temas atrayentes, que se transforman en comentarios y análisis colectivos en todas las esferas comunicacionales y aparecen personajes doctos dando su impresión o sugerencias para explicar la conducta humana. Por estos días está en la retina de la sociedad, la migración. Fenómeno mundial o movimiento de las personas de un país a otro, en busca de nuevas posibilidades económicas que sustenten una mejor calidad de vida. Podemos oponernos a la migración como legítimo derecho, pero hay documentos con letra explicita a que se debe proteger la libertad de expresión y de cómo el Estado tiene derecho soberano a determinarse sobre políticas migratorias.
Todo esto por las declaraciones de nuestra autoridad en la Organización de las Naciones Unidas, ONU. Donde menciona el apoyo a un pacto migratorio multilateral, que expresamente salvaguardaba las decisiones internas del Estado y que significaba un avance para la convivencia y los desafíos del futuro.
Pero no todo es tan hermoso al iris del escrutinio de algunos intereses. Bastó una voz con cierta inquina hacia los migrantes, para que este discurso cambiara drásticamente y se convirtiera en una amenaza;” alguien muy malo quiere decidir por nosotros y dejar entrar al enemigo; nosotros les hemos dado un portazo pensando en ustedes.”
En la otra esquina, un personaje de cuestionada participación política, declara sin mucho de consciente, que el país está lleno de extranjeros y son los responsables del aumento de tasas de enfermedades contagiosas, porque son portadores del SIDA y elevan las cifras de extranjeros, en nuestro país, a casi un millón de individuos, mientras que la realidad es solo un 4% de la población.


En lo personal, hay términos que se usan con cierta frecuencia y son la muestra de nuestra incapacidad de aceptación a la frustración y de la pequeñez de pensamiento. Migrante. Extranjero. Lo que me recuerda que hace poco tocamos el tema de la pobreza y lo aplicamos a esta situación con la siguiente consecuencia: “el creciente malestar o fobia de los europeos de los sectores medios, no era contra los extranjeros, era contra los inmigrantes pobres.
 


De una manera increíble, todo el sentimentalismo exhibido por imágenes de profundo dramatismo, se esfuma. Estos señores que profesan una fe que a mi entender tiene como eje el procurar el alivio del más desposeído y ayudar a los que sufren, olvidan ese aspecto de su religiosidad con la que suelen argumentar muchas de sus decisiones y apuntan a la migración como el gran enemigo que acecha. Esto se llama simplemente xenofobia, es decir odio al extranjero, pero hoy lo llamamos aporofobia, y su significado viene a ser odio al pobre o miedo a la pobreza. Algunos con sentido estrictamente político apretaron el botón de pánico y azuzaron la paranoia para elevar las banderas del odio.



Al igual que los mensajes subliminales, pues una silenciosa ideología se ha colado en la vida cotidiana del país, un serpenteo sordo recorre las encuestas. Alguien decidió que era la oportunidad de usarlo a conveniencia y decretar que los problemas del país ya no son las pensiones, ni el sobreendeudamiento de las personas, ni la productividad, ni los desafíos de la automatización. Los problemas ya ni siquiera son la educación y la salud. La amenaza creciente, principalmente son los extranjeros pobres y morenos que nos recuerdan lo que somos capaces de hacer cuando nos acorralan. Habría sido bueno que nos advirtieran expresamente que lo que realmente importaba era que el dinero circulara, no las personas. Los discursos que se repetían en años anteriores sobre la apertura al mundo, se ha transformado en otra cosa, en una perorata de mentiras sobre las organizaciones internacionales, de menosprecio sobre el avance civilizatorio que significó la Declaración de los Derechos Humanos y de burlas racistas avaladas por líderes de opinión sin escrúpulos. Todo esto nos hace ver mucho más de lo que hay, y nos condicionaron al igual que el proyecto de Mercator.(ver Gehrard Kremer (1512-1594) conocido como Gerardus Mercator,)




martes, 11 de diciembre de 2018

UNA GRAN POLÉMICA

EL CONTROL DE NUESTRA VIDA



En cuanto a la existencia de una Persona denominada Dios, debemos tener respeto por todas las concepciones derivadas de las razones que podamos brindar, ya sea un beneficio, una gracia, un restablecer de la salud, etc. Por otro lado están los desgraciados que sufren la tragedia familiar, personal o simplemente encuentran el horror en el lugar que ellos se encuentran. Ellos reniegan de su existencia o al menos en esas circunstancias, para ellos no estuvo presente o no encuentran una explicación en su ausencia o al no escuchar sus lamentosos ruegos. Otro, filósofo, pensador, simplemente lo mato.


                   
Hay fieles a lo divino y también files a los juicios del hombre. En esta vida se participa de los sucesos dramáticos que son parte natural de la reinvención diaria y amamos estos acontecimientos que nos acercan al placer y al heroísmo y, en todo esto no hay involucradas fuerzas divinas ni personajes celestiales que sufran o se emocionen o mueran con nosotros. Por mi parte, no veo la participación de Dios en las conductas humanas ni tampoco en las duras manifestaciones de la tierra. No vemos su presencia en aquello que nos afecta a diario ni en el transcurso de nuestra historia.

Existe una fuerza incontrolable que se manifiesta en el placer de vivir y esa misma fuerza nos abandona al instante de morir.
Negamos esta posibilidad con la fuerza o influencias cientifistas, pero solo así vemos una parte de una verdad y nos olvidamos de un todo, de una naturaleza conjunta.


La vida es arte, es una expresión de belleza, una manifestación conjunta de placer y drama y, será vital aquello que reafirme la vida, su creatividad con lo bueno y lo malo. Lo que busque la estabilidad, que niegue o se evada de la parte oscura de la realidad, será decadente.
La preferencia por las cosas dudosas y terribles es un síntoma de fuerza, mientras que el gusto por lo bonito y lo gracioso le pertenece a los débiles y delicados. El placer por la tragedia caracteriza los tiempos y los caracteres fuertes. Son los espíritus heroicos los que se aprueban a sí mismo en la crueldad trágica. Son suficientemente duros como para sentir el sufrimiento como placer.


Definitivamente no es un mundo hecho. Si no un mundo que está hirviendo y haciéndose todo el tiempo de nuevo. En este devenir, no hay un sello de ser perfecto, todo poderoso. Hay un concepto de que el mundo no está hecho del todo, ni siquiera el hombre. La vida que comienza es la misma vida que está destinada a morir. La que puede tener poder de influencia en un cierto momento, es también la que se apaga, es derrotada y desaparece.
Detrás de esta vida consciente y civilizada hay un abismo de fuerzas que nos gobiernan. La vida siempre se está afirmando en cada uno de sus ejemplares, en cada una de sus formas.

El científico habla de un aspecto de las cosas y que por encontrar una verdad nueva, se olvida del todo. Si admiramos la verdad científica, estamos matando en nosotros toda esa parte instintiva, vital, entusiasmada, embriagadora y la obligamos a subordinarla.


La vida es la suma de las fuerzas que gobiernan la naturaleza. La conjunción de la expresión de belleza y arte. El constante fluir de energía emanada de todas las formas y expresiones que nos gobiernan. La vida es esto, un constante devenir, transformación y transmutación de esas fuerzas que bullen en nuestro espacio.




jueves, 6 de diciembre de 2018

LA PARTICULARIDAD DE LA HISTORIA.


PLANIFICAR, ORDENAR, ACTUAR EN CONJUNTO.


1.    Disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente.

2.    2.  Conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos por una persona, por un  grupo o por los miembros de una comunidad social.



Nuestra historia tiene sus registros y, cada cierto tiempo salen a la luz escritos o ensayos, novelas y episodios secretos de la historia. Muchos son mitos y otros registros pertenecen a familias con parientes que participaron directamente en algunas de  las escaramuzas militares, de nuestra historia. La probabilidad de la certeza de estos registros se cuestiona por unos y otros, pero lo cierto es que, nuestro mundo cognitivo, asimila estos hechos y los lleva al sitial de lo fantástico, de lo heroico, de lo maravilloso de tener estos antecedentes. Nada cambia en lo sustancial, solo a unos pocos les proporcionara una débil luz que los mantendrá entusiasmado en la crítica oral y escrita. Nada más.
Además de nuestra historia, todos los países registran episodios notables de resistencia y unidad. Y allí, la historia nos marca el futuro y aquellos acontecimientos tan lejanos nos muestran el camino y determinan el accionar de las autoridades de gobierno en el mundo. Actuar en conjunto, unificar criterios, ordenar prioridades y planificar costos materiales y humanos, es una responsabilidad que quedara en la historia, ya sea por el éxito o por el fracaso. Donde la segunda opción, siempre es la menos resultante.

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                                    Es esencial unir criterios en la planificación del futuro.

Un episodio que nos alumbrara la toma de las decisiones futuras, se manifestó en la primera guerra mundial, en la recuperación del puente de Arnhem, en Holanda, por parte del ejército alemán. Luego el desalojo de grupos islámicos en las ciudades de Mosul y Al Raga.
Pero en este caso en particular la causa del fracaso fue la mentalidad detrás de la planificación, una mezcla de ingenuidad, arrogancia, euforia de victoria y muchos otros aspectos que llevaron a hacer asunciones erróneas.
Desde los tiempos de Federico II El Grande (siglo XVIII) el ejército alemán tenía la consigna de no esperar órdenes, sino que reaccionar rápido. Al contrario de que el ejército británico que siempre estaba esperando órdenes. Marchar al son de los disparos era la orden de Federico el Grande al ejército prusiano y eso es lo que pasó en Arnhem. (Recuperación del puente de Arnhem por los alemanes) Se actuó, por parte de los alemanes, en razón de los acontecimientos.


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                             Los resultados de nuestra conducta soberbia, arrogante y eufórica, 
                             muchas veces nos conduce a decisiones erróneas. Dramáticas.

¿Cómo va a ser la guerra en un futuro cercano?

Va a ser en esencia una guerra urbana, no solo en casos como los de Mosul o Al Raqa. (Fuerzas aliadas actuaron en conjunto para derrotar al movimiento islámico) Hay un cambio fundamental en los ejércitos, ahora son más pequeños. No tienen suficientes tropas como para crear un frente. No podrían defender las fronteras de un país contra un ataque. Así que el lugar estratégico cada vez más, va a ser las ciudades y sobre todo las capitales. Y va a ser horrible, increíblemente espantosas. Ya lo hemos visto en Stalingrado, Manila, en Berlín. Las peores batallas de la segunda guerra mundial tuvieron lugar en las ciudades. Es el futuro. Hasta el ejército suizo se está preparando para la guerra urbana.


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                                          No nos aprontemos a los horrores de la guerra urbana. 
                                          La crueldad es innecesaria para la condición humana.

La tecnología es otra área por la que preocuparse. Los países sin moralidad están preparados para tener armas automáticas que tomaran sus propias decisiones sobre matar o no. Los vehículos blindados sin conductor en el futuro reaccionaran de inmediato ante cualquier amenaza sin ningún tipo de decisión humana detrás. Pensándolo de esta manera, creo que es un futuro bastante aterrador.
Se transformaran los héroes humanos o actos heroicos en una verdadera matanza sin control. De esta manera iremos perdiendo lo poco de humano que nos queda. Pues ya estamos removiendo memoriales, estatuas, exhumando restos desde las tumbas históricas. Lo mejor es dejarlos así como están, con propósitos educativos. La moda de quitar cualquier monumento que odias por motivos políticos, ya sea la esclavitud o el fascismo, es un error. Si es necesario podemos moverlos, porque quizás no los quieras en el centro de una plaza mayor de tu ciudad, pero no hay porque destruirlos. Intentar imponer nuestra moral de a un periodo anterior es analfabeto desde el punto de vista histórico. Lo importante es entender ese periodo, no justificarlo o perdonarlo. Se trata simplemente la forma en que las personas se comportaron en el pasado. Como se ha dicho tantas veces, el deber de un historiador es comprender y trasmitir esta comprensión a los lectores y, que ellos saquen sus propias conclusiones.


                                             
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 Queda una pregunta por responder. ¿Seremos capaces de entendernos todos los humanos y la vez entender a los demás seres vivos de nuestro planeta?




jueves, 29 de noviembre de 2018

¿CON CUANTA RAPIDEZ VIVIMOS NUESTROS DÍAS?

¿El trágico, es un conformista?


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Puede la vida irse, como las hojas de otoño y dejarnos en el olvido.
           

Hay tantas preguntas sin responder y al mismo tiempo haya tantas situaciones que nos obligan a pensar en múltiples soluciones a los problemas que nos aquejan; situaciones familiares, económicas, relaciones sociales, problemas medioambientales y podríamos hacer una larga lista de tragedias que nos preocupan constantemente, por lo que nuestras vidas penden de la capacidad de que las autoridades nos den esperanza en el futuro.

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                   También es extraño pensar en que todo se puede solucionar con oraciones.

Esta es una de las preguntas que contestó el filósofo francés Michael Onfray a una entrevista a un diario en Santiago. La respuesta es sencilla, pero muy dolorosa. “Hay esperanza. Esperanza… ¿Para qué? El filósofo no tiene que preocuparse por dar esperanza. Dejemos eso a los sacerdotes, jefes de sectas, políticos. El filósofo, como el médico no tiene que dar esperanza, sino que hacer un buen diagnóstico y cuando el estado del paciente lo permita, considerar una buena terapia. Hoy nuestra civilización está en una etapa terminal, en otras palabras, no hay medicamentos que valgan.”

Los tiempos se manejan en los escritorios y las decisiones se puntualizan entre dos personas que acaparan para sí el crédito de los resultados, los cuales siempre están determinados. Así la curia mayor de la iglesia, se reúne en sínodos y concilios y manejan las conductas de los hombres para ascender al cielo una vez que dejan esta tierra. El concilio suprime toda trascendencia y ya no desea que el hombre vaya al cielo, que hagan esfuerzo por ello, si no que exige que Dios descienda a la tierra. Prácticamente desea desprender la divinidad al Supremo y predicar la igualitaria condición. El niño ya no trata de usted a Dios, sino que lo tutea. Hablamos de Dios como con los compañeros en el patio. El sacerdote es menos intermediario sagrado en los fieles y Dios, que un animador de la comunidad.

Las divinidades siempre han estado presente en todas las civilizaciones. Ya sea como un ser celestial, terrenal o de las profundidades. Incluso como bestia, fenómeno natural o malas formaciones en las personas y es posible que sean, las divinidades, una de las razones por la perduran ciertas civilizaciones. Una civilización vive mientras pueda defenderse de lo que sea que la pone en peligro. Toda su vida está hecha de esta resistencia a la que quiere su fin.
La vida es como la reunión de fuerzas que resisten la muerte.
La vida de esta civilización se manifiesta a través de esta resistencia que constituye la cultura. Llega un momento en que esta civilización se detesta, se odia, se menosprecia, ama lo que y a los que trabajan en su pérdida, celebra lo que la destruye. Es en esos signos que uno ve que una civilización se fisura, se rompe y cae.

Da la sensación de cierta pérdida del tiempo, pues predicamos con ligereza, el cómo se nos pasa el tiempo. Con cuanta rapidez suceden las cosas. Nos faltan horas del día, pero también está en nuestro consciente, le sensación de cansancio. El ciudadano hoy se apropia de nuevos conceptos, es amante de las sensaciones inútiles. De las pasiones individuales y de la felicidad privada. El trabajo constituye el eje del entendimiento social, es decir consumo. Por lo tanto estar inserto en una sociedad sin estar endeudado, es definitivamente un despropósito. Debemos consumir y consumir. Existen múltiples recursos a los cuales apelar para obtener la capacidad de consumo. El estilo y las emociones son el nuevo paradigma de los nuevos ciudadanos.

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                               Los jóvenes pretenden con gran acierto controlar nuestras vidas

Consecuente con esta forma de vida actual, ese sentimiento tan propio de los humanos como la felicidad, simplemente, no progresa. Nuestro hacer nos crea nuevas angustias y nos presenta siempre un reto permanente, necesitamos trabajo y creación y esto, es difícil. El hoy y el antes son esencialmente dispares. En las anteriores comunidades, No existía la soledad, la vida colectiva protege al individuo. Donde hasta las familias eran signo de unidad, colectividad y apoyo en sus tareas cotidianas. En esta era contemporánea, todo lo rima con placer y hedonismo. Impera la cultura del bienestar. La ligereza es una virtud eterna y necesaria. La ligereza como signo y conducta de prontitud. Nos privamos de la contemplación y la serenidad, donde la ligereza nos presta alas, nos mantiene en las nubes, nos mantiene feliz. Donde el arte deja de ser una expresión sublime.
La vida bajo estas condiciones de indiferencia, el desarrollo de una sociedad como la actual,en una civilización en desarrollo aún perduran valores en la ligereza; la justicia,la verdad, el bien, el mal, la solidaridad. Aún en estos tiempos el consentimiento no es indigno, es humanamente pobre, pese a ser una regla de conducta omnipresente.

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Quizás aún no es tiempo de construir o reparar las situaciones que nos mantienen en un estado de ligereza. Un vivir sin compromiso. un relajo en las nubes. Un sentimiento de placer similar a la eternidad.

domingo, 18 de noviembre de 2018

jueves, 8 de noviembre de 2018

martes, 6 de noviembre de 2018

COSAS DE LA CONCIENCIA


LAS COSAS, LAMENTABLEMENTE, ¡¡ SON ASÍ!!


La conciencia de algunas personas, para nada se agita o se conmueve, muy por el contrario, quedan impasibles. Sean estos comerciantes, empresarios políticos, sacerdotes, militares y gobernantes. Si hay algún grupo que se escapa, al término de la lectura agréguese.

La conciencia no nos molesta por una mala práctica y tampoco fomentamos el análisis de aquellos actos ejercidos a plena conciencia y visiblemente pública, en favor de crear, usar, aprovechar, dar buen uso y racionalizar aquellos recursos naturales, artificiales, monetarios, influencias administrativas, laborales, eclesiásticos y castrenses en todas las áreas sociales de nuestro territorio. Aparentemente actuamos casi por instinto.

La conciencia nos golpea a diario y nos remueve el pensamiento. Aparecen las críticas, los comentarios, los análisis y las comparaciones debido al actuar de personeros e instituciones respecto de los recursos que les son destinadas o administradas con buenas prácticas, en beneficio de los demás o la institución a la cual representan. Nuestra conciencia se debilita por el análisis de aquellas costumbres que nos remueven los principios y de nuestra capacidad de discernir entre lo humanamente bueno y lo definitivamente malo. Entre lo sano y lo enfermo. Entre lo impoluto y lo corrupto. Entre lo fiable y lo inmoral. Entre el beneficio personal mediante el usufructo y el perjuicio colectivo. Entre lo correcto y lo moralmente incorrecto.

                             
                           Ya no basta con rezar o temer a Dios. Tengo miedo de mí mismo.


Cierto es. Indesmentible es que, muchos creen tener su propia verdad y una conciencia bastante estimulada en asumir conductas derechamente repudiadas por generaciones anteriores y que hoy, las reivindicaciones ante los demás las muestran como si fuera correcto. Presentan documentos, firmas, contratos y una serie de cosas que parecen legales, pero no lo son. Queda en el aire un patrón para los demás…. ¿Por qué no? ¡¡ Sí ellos también lo hacen!!

Al parecer solo basta un proceder incorrecto, impune, para que se haga factible para otros. Lo que antes era motivo de escándalo, pecado, delito, fechoría, robo, hurto, estafa, malversación, desfalco, falsificación, desobediencia, contravención, falta, hoy día, se considera correcto y no solo por algunos, más bien esto se está transformando en una situación colectiva. Cada vez, nos sorprendemos más. Tal vez exagero, pero muchas faltas a la probidad se han establecido y descansan en la impunidad y con el beneficio de sus instituciones. Por otro lado y en respuesta a su falta conciencia, es recluido con todas sus garantías domésticas, sociales y técnicas en lugares abiertamente discordantes con las personas con delitos dimensionalmente menores, que se revuelcan en la inmundicia, sufren hacinamiento, hambre, siendo víctimas de apremios constantes, agresiones y violaciones, incluso casos que llegan hasta la muerte.

         
                       Podemos gritar, marchar y protestar pero hay….. conciencias cerradas.


Algo no funciona cuando las altas esferas administrativas fallan en el uso de la conciencia capacitada. Cuando la razón falla ante la avaricia y la soberbia. La debilidad nos estremece ante el orgullo de la riqueza. Los que hacían votos de pobreza y humildad, se visten de forma suntuosa y los manjares desfilan en sus mesas. Mientras inclinan su frente a sus altares que refulgen ataviados de riquezas. Los que juran protección al desvalido, se han apropiado de sus almas. La soberanía y el sacrificio tienen un valor monetario cuyos números  van más allá de nuestra capacidad de cálculo matemático. Los que dispensan comodidad y beneficio a las familias, nos enredan con convenios de tarjetas hasta desangrarnos económicamente.

Tan alta es la inconsciencia de políticos, curas, militares y gobernantes que se han enriquecido a costa de sumir en la pobreza a sus fieles correligionarios, fieles eclesiásticos, fieles servidores de la patria y, estos mismos servidores tan entregados a sus superiores, adoptan por costumbre su pobreza y su capacidad de revelarse ante la injusticia y la pérdida de sus derechos elementales. Asumen, creen, saben, quieren, aceptan, validan que sus superiores los aplasten.
Las cosas lamentablemente ¡¡Son así!! Y con este predicamento se actúa en consecuencia ¡¡Si ellos pueden!!  ¡¡ Yo también!!
La conciencia es estimulada en todos los seres humanos y nos habilita para actuar en razón de ella. Sin embargo, ante la impunidad nos vemos en una horrible y colectiva actitud de hacer lo mismo que los otros. Ver lo detestable y odioso, como algo aceptable y provechoso sin importarme los demás. La poca conciencia o la falta de conciencia, es hoy, un parámetro de conducta social. De acuerdo con esto, más que una esperanza en el progreso, debemos adquirir conciencia en el desastre que nos espera a futuro.
               

Las fuerzas de la inconsciencias se harán presentes en aquellos conglomerados e instituciones que sienta un amor genuino por el orgullo de la riqueza. El poder es sustancioso. El temor es benevolente. El abuso es consecuente. Nada está por suceder, porque nos estamos dando cuenta, que todo ya está sucediendo.

sábado, 23 de junio de 2018

SOMOS TODOS!!


CORAZONES PISOTEADOS


Literalmente nos han pisoteados los corazones. De una o de otra manera, nuestra condición humana está humillada, se nos robó la dignidad que depositamos desde nuestro nacimiento, en esas paredes de relieves pasionarios y vitrales coloridos que mantienen la luz encendida del espíritu que nos dieron a conocer entre ritos y sacramentos. Donde aquellas manos blancas nos acunaron en sus vestiduras, donde las suaves palabras acallaban nuestras inquietudes, donde la familia depositaba sus tesoros; respeto, valores sociales, integridad y por sobre todo, conciencia de nuestra propia espiritualidad.
Mi propia experiencia relata injusticias clericales, desde la elección de los monaguillos a los catequistas. También es sabido que las limosnas, no eran distribuidas a las familias de escasos recursos, sino más bien, en aquellos que caían en gracia. Tanto los alimentos, como la ropa distribuida a las Américas, por la Alianza para el Progreso, tuvieron fines pocos saludables y poco solidarios, al menos en la comarca de mi niñez. Sin embargo, todo eso es soportable, pues se realizó la entrega de todas maneras cumpliendo un sano propósito. Crucificar a todos los “cristos” no tiene razón alguna en estos tiempos. No existe una vía appia itálica para exponerlos y tampoco existe la Roma dominante.

 La historia nos da visiones de la participación de la iglesia en las cruzadas, la inquisición, la intervención de los Papa en las guerras, las conquistas territoriales en nombre de la conversión cristiana, el holocausto judío, la caza de brujas en Salem, los crímenes en las catedrales, los hijos de Dios en Alemania, Reino Unido, Irlanda. La evangelización en la América morena. Hoy, en todas partes, las violaciones y vejámenes sufridos a menores a manos de los clérigos de la Iglesia Católica, es un crimen sencillamente deleznable. No tolerable por sociedad alguna.

Repudiable la actitud de los prelados, quienes predican decir la verdad, para obtener el perdón del Padre Todo Poderoso. Repudiable el accionar del jefe, del representante de la iglesia chilena Monseñor Ezzatti, quien oculta la conducta reñida de miembros de su rebaño. Repudiable la masiva participación de sacerdotes en actos de pedofilia y abusos de menores. Demasiados sacerdotes practicando sexo con menores con el beneplácito de sus autoridades. Abusando reiteradamente de aquellos menores desprotegidos, abandonados por la mano de Dios y puestos en las garras de quienes se dicen hijos del mismo Padre. Cual cofradía organizada en la oscuridad de la sacristía, tejieron su red cubriendo la iglesia con lágrimas y gritos de angustia de tiernos infantes. No es ahora que se descubren estos casos, hay documentos que ya en años anteriores  se conocieron casos en Melipilla, Maipú, en el pequeño Cottolengo, Quilicura y en nuestra capital, Santiago en los años 2002 al 2010. Derivado de la visita del Santo padre a nuestro país, se ventilaron más casos a luz pública. ¿Cómo nuestra conciencia puede permitir que tantos abusadores de sotana se concentren en una localidad? ¿Cómo soportamos que ellos, los abusadores, enjuicien espiritual y conductualmente nuestro accionar diario?

Pienso en mi infancia y en el cura de mi pueblo que nos repetía, que nuestro cuerpo era un templo de adoración y por ello, debíamos cuidarlo con nuestra forma de actuar, con nuestros hábitos alimenticios, con nuestra manera de hablar y referirnos a los demás. Un ejemplo comunitario, una bella persona que se ganó con humildad, con carisma y con su ejemplo humanitario el cariño de toda una comunidad y el respeto, el reconocimiento de sus superiores eclesiásticos. Hoy por hoy, nuestra sociedad se confunde fácilmente con el vértigo del pensamiento y del conocimiento. Con la vergüenza de la corrupción en todas las esferas sociales y aquellas personas que se entregaron a la consagración espiritual, no estuvieron ajenas a las debilidades humanas. Pienso en los menores, en aquellas manitas que se aferran desesperadamente a una tabla de salvación, en niños que ven en otras personas la protección y el cariño. Pienso en la inocencia de esos pequeñitos y en el dolor que acumulan después de ser despojados miserablemente de su único tesoro, su intimidad, su integridad espiritual, su creencia en el ser humano, aquel que vemos más cercano a Dios en el reino de los cielos. En aquel que dijo “dejad que los niños venga a mí, porque suyo es el Reino y la gloria del Padre”.

Tal vez no sea un pecado de la iglesia. Tal vez no sea un pecado de algunas personas de una determinada institución. Tal vez, nuestro pecado más grande sea el no darnos cuenta de estas situaciones, porque somos menos involucrados en todos los aspectos sociales. Aparentemente damos la sensación de estar informado de todo debido a las redes sociales, pero adoptamos superficialidad por sobre temas profundos. Marchamos por casi todas las cuestiones, ponemos un grito en la calle, levantamos pancartas de colores, descubrimos nuestros pechos y levantamos nuestros puños al cielo. ¿Cómo si de verdad creyéramos en las soluciones celestiales? ¿Milagros? Por supuesto que no. Nuestra misión  es mucho más loable que todo eso, pero no tenemos las agallas para remover los pisos de los parlamentarios, de los sacerdote, de los comerciantes, de los grandes conglomerados, de los pudiente económicos, de las instituciones depredadoras, de los gobiernos febles. Estamos como queremos estar. Aceptamos todo lo que venga. En una sociedad corrupta, los valores sociales tan necesarios para salir de la cloaca, están seguramente impregnados de aguas sucias, plastificadas y enramadas. Con toda seguridad todas las aguas van al mismo mar y en ellas viajan nuestros ideales de siempre, al fondo del océano más profundo y rescatarla desde allí, harán falta no solo hombres, sino todos los hombres. Ud. También.



viernes, 20 de abril de 2018

LO QUE SE SIEMBRA...ES NUESTRA COSECHA


LAS MIESES



Con frecuencia nos referimos a los legados de generaciones antes y posteriores sin considerar, el cuanto de nosotros aportamos a los beneficios o perjuicios a tales generaciones o a tales legados. En épocas anteriores las costumbres se trasmitían de generación en generación, por siglos, por milenios. De una o de otra manera se construyeron grandes civilizaciones que todavía veneramos y vamos descubriendo en su conocimiento, virtudes, aciertos y con ello cimentamos una idea local.
Es decir, creamos patrones de conducta o comportamiento general. Muchos conceptos hoy, manejados en pro de la buena salud, cuidado de la naturaleza, desarrollo técnico, aprovechamiento de los recursos naturales, no son tan desconocidos para las diversas metrópolis antiguas. Algunos dirán y con grandes razones que al final, estas civilizaciones sucumbieron por su propia negligencia afianzados a sus costumbres, tradiciones religiosas, métodos o políticas de administración. Y que el hombre, paulatinamente y sostenidamente, ha ido progresando en ámbitos desconocidos para muchos. Detallar avances, seria innecesario, pero sí podemos considerar la materialidad de las cosas y la práctica de tales cosas. Sería indigno mencionar un paralelo cultural o educacional. Lo que sí se puede establecer es la naturalidad de los acontecimientos debido a la intervención del hombre, la precipitación de ciertas catástrofes, los ciclos de reproducción y renovación de los elementos. La cantidad de recursos desperdiciados en pos de la elaboración de otros. Allí no hay cuestionamientos.
Las grandes civilizaciones se desarrollaron, se establecieron y perduraron por su capacidad de aprovechar de la mejor forma posible, los recursos naturales; agua fluvial y aguas pluviales. Maderas, semillas, cortezas, fibras vegetales, productos de orígenes animales muy variados y elaborados para sus usos cotidianos, tanto domésticos como de actividades generales. La medicina y la ciencia, la religión y lo profano tenían una gran dimensión y todos se regían por las políticas administrativas.
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Existen legados en todos los ámbitos. Sin embargo, nuestras generaciones jóvenes están recogiendo las mieses de nuestro legado. Nuestra conducta desinhibida, sin compromiso social, nuestro lenguaje descuidado, nuestra postura con la vida, con el ambiente, con los recursos, con el espacio, con nuestros hijos y por sobre todo, nuestra fría relación con la familia ha afectado la toma de razón de nuestras generaciones. Su actuar frente a lo cotidiano está lejos de nuestro entendimiento o por lo menos reñido con nuestros patrones conductuales. Lejos están los gestos amables, las palabras cordiales, el coger los papeles y ponerlos en sus tachos correspondientes. Dar los asientos a los ancianos, proteger al desvalido, cuidar el prójimo, velar por nuestro entorno, etc.
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Los adultos no nos damos cuenta de lo que hemos sembrado y lo que nuestros hijos están cosechando. Recogiendo las mieses. No es un llamado a la conciencia. No es un aviso a la cordura. No es un grito desesperado. Simplemente es una visión desde la altura de mi edad. Los ancianos y los menores de edad, no asimilamos esta conducta de los jóvenes con la rapidez necesaria para dar una respuesta adecuada a sus requerimientos. No hay cánones similares entre una y otra generación, simplemente no hay hilos de entendimiento entre uno y otro. Alguien camina a la deriva en este mundo tan exigente; tal vez los menores por la influencia de las redes sociales y actitud responsable  de los padres de cumplir con su trabajo personal. Probablemente los jóvenes que demandan sus propias prebendas sociales, su libertad de actuar, su música desenfrenada, su falta de temor a la muerte, su lenguaje y actitud frente a los demás, su visión social, su falta de identificación familiar. Los viejos que viven su abandono y que deambulan entre la incomprensión de los jóvenes y la asistencia de las entidades responsables. La vida parece próspera. Pero no es una verdad absoluta. Muchos sufrimos por la desvergüenza de la forma en que se muestran las relaciones entre parejas. La intimidad es cosa del pasado, cosa de viejos. El amor es solo una carrera, una competencia, un absurdo, un sentimentalismo barato, que no se da en las nuevas generaciones. ¿Cuál sería la solución? ……… Corregir. Siempre corregir. En todo lugar corregir. A cada minuto corregir. En todas las situaciones corregir. Corregir, corregir, siempre corregir.
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¿ES LA CREACIÓN, FUENTE DE BELLEZA?


LA CREACION

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La creación es la limitación a las voluntades de expresión, siendo ella, la creación, una profunda inspiración abstracta de los sentimientos que profesa el ser humano frente a los colores, olores y estímulos que tocan nuestro ser. La creación máxima, la iluminación divina, el equilibrio en la espacialidad y la temporalidad de las minúsculas expresiones vivas, se refleja en la naturaleza provista de mezquindad e idolatría.

Las expresiones a la voluntad, son el reflejo de nuestra necesidad más íntima como seres carentes de la perfección. De tales quereres, asoman las artes, los dramas, la vida naciente y muerte. Así, el dolor y la miseria se transforman en elementos básicos y necesarios de los humanos. Asociamos estas laceraciones espirituales con la misma facilidad que aceptamos el horror, la felicidad, la fe. Nuestra humanidad no está ligada a los mundos que circundan nuestra esfera. Somos extraños, orgánicos, sentimentalistas, emocionales y descontrolados. Tenemos una mirada caótica de las relaciones inter específicas, una definición por la muerte y una relatividad por la vida.


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La creación no es tributaria de los genios o de los talentosos, ellos solo facilitan las expresiones de nuestras manos, de nuestra mente que escarba entre los recovecos de la inmunda emocionalidad. También existe riqueza inmensa entre el vulgo, que con inusual ternura se entrelaza con las bestias del campo, con las aves en su nidal, con las hojas de los almendros y con las vetas de la madera que le sonríe desde el monte azulado. La naturaleza del hombre simple, es la máxima expresión de la creación y del equilibrio que sostiene el universo. No necesitamos pinceles, tenemos las manos. No necesitamos las telas, tenemos nuestros hijos que reflejan los sueños en sus inquietudes. No necesitamos palabras o escritos, está el canto de los plumíferos y las ondas insinuantes de claras aguas que bajan, destrozándose el cuerpo, hasta la sal de los océanos.

Los sublimes esfuerzos por detallar y desmenuzar las obras de expresión humana en cualquier rama de las artes, son simples quejas dolorosas del cuerpo y de la mente. Las emociones se deslizan por la tela como pasos que nos llevan a encontrarnos a nosotros mismos. Somos eso, lo que está representado como sonido, como letras, como imágenes. Eso somos. La expresión máxima del Verbo divino. Ninguna creación bajo los cielos, que comparta el espacio de la estrellas, es privativa de la condición humana. Todas sin excepción, por máximas que estas sean, son los atributos con los cuales nos enviaron a la tierra. Atributos generados por la magnificencia del creador, para nuestro regocijo, para engrandecer y dar loas, para recordarnos por siempre y en todas partes, que somos hijos del creador omnipotente.


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Entonces ¿Qué nos hace tan diferentes a la belleza?