domingo, 20 de diciembre de 2009

PIENSO COMO LOS DEMAS








ESTA NOCHE SEREMOS MAGOS


Sentado en la vereda
esperaba su pascuero
y entre los que pasaban aprisa
sin ver su desconsuelo
nadie se detuvo
a preguntar por su desdicha.
En una calle repleta
de regalos y paquetes
no sobra uno para la vereda solitaria,
ese niño con su perro lastimero
me recuerda a otro niño en un pesebrero.
No derraman lágrimas
y casi desnudos no piden nada
solo llegan los Reyes magos
como de la nada.
No tenemos tiempo para actos de magia,
no somos Reyes con grandes riquezas,
ni somos magos en un acto sorprendente,
solo nos avocamos a nuestra naturaleza
de tener para nuestro rebaño.
Ese niño de pocos años,
si tuviera su regalo,
de seguro lo compartiría con otro,
para poder disfrutarlo.
Demósnos un tiempo
para visitar nuestra vereda y
regalar una letra
de tu palabra amor y noche buena
a ese niño que no tiene su regalo.
Convirtámosnos en magos por una noche
y regalemos nuestra alegría
a todos aquellos
que les falta la sonrisa y nuestro regalo.
Saldré a la calle esta noche
y me quedaré sentado
esperando al viejo pascuero
para darle un recado,
que no se olvide de nadie,
los niños son sagrados.

jueves, 10 de diciembre de 2009

¡¡FELIZ NAVIDAD!!



LA NAVIDAD, TIENE NOMBRE DE MUJER.


Hay una historia tan corta como un día, que se cuenta de generación en generación, pero a escondidas. Ante esta historia, los padres se preocupan de presentar su casa con luces de colores, calcetas rojas, bastones en la chimenea y un gran pino verde en algún rincón de su casa. La mamá, por otra parte se inquieta por los dulces y los pasteles, las bebidas y los paquetes. Ilusionados por la noche que se avecina, los niños corren inquietos a sus camitas para dormirse con los sueños pegados a sus manitas. En sus sueños, ven trineos dejando polvo de estrellas como estelas risueñas, como alas bellas de ángeles y de pastores. En el cielo, brillan las estrellas más que de costumbre y saludan al viejo pascuero y sus renos. Una alegre y enorme risa se escucha en el ámbito celeste, mientras un simpático gordo se rodea de paquetes. Surca los espacios del mundo guardando las sonrisas a los píes de los arbolitos, para sorprender a tus hijos y a mis hijos abriendo regalitos. Nosotros los viejos, nos atragantamos sorbiendo despacito, esas risitas de niños que se acumulan en nuestro frágil corazoncito.
No existe una expresión letrada o pincelada para decirles lo que los hijos dicen, en esas lágrimas alocadas cuando nombran sus obsequios traídos por el viejo pascuero.
No vemos el traje rojo o los renos hace muchos años, tampoco el trajín de nuestra madre. Ella recoge la alegría en sus manos y luego de nuevo las reparte. Mira tranquila el horizonte regañando la línea entre niño y luego hombre. No permite que este momento se le borre.
No me engañes como antes, demos los obsequios navideños pero no olvides a tu madre, ella es la única que provee de hijos a la tierra para cumplir al viejo pascuero, este viaje que tiene como único mensaje, una feliz navidad.Nada de esto es un sueño.
Mañana los niños volverán a ser niños y nosotros más viejos, pero nos alimenta su alegría y eso es algo nuevo una y otra vez cada día.
Nada puedo regalarte, todo te lo daría, solo lloro una lágrima agradecida, por ser la madre de mis hijos. María Eugenia.