sábado, 12 de septiembre de 2009

LA PATRIA


LA PATRIA.


Recojamos de las ventiscas los sinsabores de la llovizna y de las oscuras avenidas, las sombras luminosas de la patria mía. Somos destemplados en la tierra de rincones, de costas innumerables. Como barcas sin muelles vagamos en la niebla de Londres, nos golpeamos una y otra vez en la muralla de Berlín. Somos saltimbanqui en Ámsterdam, músico en París.
Nada me desplaza de la memoria, los recovecos de las casas apiladas en los cerros, los tendederos de ventanas, del ladrido de los perros. Nada se parece a Cartagena, al mercado. No sé pa’ que me fui. Mi casa se desplaza en las vidrieras de rascacielos en los mosaicos de Brasilia. Nada se parece a mi familia. Me derrito por estepas africanas y me pierdo entre los desiertos de Australia. Mañana me vuelvo a mi Patria.

Pedazo de cielo inmaculado, cordillera albina de pecado. Mar…oloroso de pasado. Caminos de trumao, sombra fresca de los sauces, tierra roja y gredosa me quedé a ti pegado. Me llueve en invierno aún estando enclaustrado. Me moja la pasión del mapuche enraizado, el pescador caletero, el pirquinero, el vendedor del pascado ahumado. La señora de la esquina, el puesto de la parafina, los chiquillos reventando pelotas en la pared de la vecina, el abuelo leyendo el diario de portadas coloridas y en pelotas. Me falta el aire señorial de los políticos mascotas y las gafas de las señoras que esconden la mirada clínica.

Me volveré a las veredas levantadas
por las raíces de los álamos,
a los puestos de mote con huesillos,
a las empanadas del camino,
a los partidos de provincia,
a colgarme de los micros.
Volveré a mi patria oculta de uvas moradas.
Volveré a levantar la pala
y la mezcla de concreto,
para edificar futuro de doce pisos.
Volveré a tirar con yunta los botes de caleta Llico,
volveré al pescado frito.
A los olores de mi patio entierrado,
al barrido de la escoba de mi vieja,
a las lentejas en año nuevo,
a gritar en los estadios por el equipo de los cuicos,
Volveré al cementerio a llorar mis seres queridos.
Volveré mañana mismo a despertar de este delirio,
por que jamás nunca, de la patria he salido.

Chile me tiene atrapado de las vísceras,
del tuétano, por las barbas como dice mi abuelo.
Nunca he salido de mi patria,
por que la patria está el aire de mis pulmones,
en la sangre de mis venas.
Mi patria.
Mi patria eres tú,
abuelo encorvado.
Mi patria es la familia,
es la nieta crespa y la desordenada.
Mi patria la llevo toda
como la piel pegada al cuerpo.
Es como la suegra en el mes de enero.
Es mi mujer,
mi mujer la del pelo negro.
Esta es mi patria
y por eso…
la quiero.

martes, 8 de septiembre de 2009

PESCA CON MOSCAS/FLAY FISHING








El deporte, la pesca artesanal y entre ellas, la pesca con mosca que se ha convertido en una expresión de libertad y filosofía de pensamiento y acción. Son muy pocas las personas o deportistas que van en busca del número de piezas a los ríos más importantes de Chile, si no más bien, van a disfrutar de la emoción del contacto con la naturaleza y sentirse conquistador de una situación tan simple como soltar una trucha después de emplear todas las técnicas que este deporte exigue en su dominio. Las piezas atrapadas no constituyen un trofeo que arrebatamos de su medio y le arrancamos los sedales a tirones hasta despedazarlos. Por el contrario, ese hombre rudo que desafía las inclemencias del tiempo en el sur, o simplemente soporta las altas temperaturas de la zona central, que se cae y se araña entre los matorrales, demuestra una paciencia y una delicadeza cuando confecciona cada señuelo(mosca), cuando dispone sus aparejos, como trata sus utensilios y la sutileza de sus gestos al lanzar la mosca a traves del aire. Como demuestra cuidado de no dañar al pez atrapado y de no someterlo a la asfixia de sacarlo de su medio. Un pez dañado no constituye realizar una proeza.
La pesca con mosca, como cualquier otro deporte, se lleva a cabo por razones muy simples y, en planos muy similares para ambos exponentes. Por esta razón, la pesca con mosca no se trata de vencer al oponente y humillarlo sacandolo de su contexto. Un deporte se precia de repetar al oponente y de salvaguardar su integridad ante todo. Por esto la pesca con mosca, en su metodología, privilegia el soltar la presa, con el respeto que se merece como un excelente oponente. La filosofía de respetar la vida como un regalo de Dios, nos dá el beneficio de continuar en la práctica de un deporte tan bello, como nuestro entorno natural, tan limpio como el agua cristalina y tan comunicativo y cordial como el mismo viento o la palabra libertad.
Respetemos la vida como expresión de la continuidad en los valores que inculcamos a nuestros hijos, por que ellos también tienen derecho a practicar un deporte con el debido respeto, que se merece el oponente.

COSTUMBRES NACIONALES




Las tradiciones o costumbres tanto familiares como nacionales, se acentúan en dos instancias muy determinadas; fiestas patrias y vacaciones de verano. Precisamente en vacaciones de verano he probado las mejores empanadas y el mejor pastel de choclo conocido. En horno de barro y con mucho cariño se pelaron choclos y se picaron las cebollas. Las manos expertas de mi esposa, María Eugenia y la esposa de Pedro Córdova mi compadre, se esmeraron en realizar un pastel de este porte, dorado como los cerros del Radal salio de entre las ramas ardientes. Las caritas sonrosadas de los comensales, adornaban una mesa larga de alegría y sabores. Pedro se soplaba los dedos mientras las damas de cocina se preparaban un ponche de frutillas dulce y natural. Se dió el vamos a los amarillentos platos y por arte de magia, se callaron las voces de los gilgueros. De pronto un ¡salud compadre! Dijo Pedro. Levanté mi vaso plástico y le sonreí agradecido a mi mujer.

El horno de barro gritaba de impaciencia, se sacudieron los ladrillos y se tiraron las empanadas. Más de una cincuentena de ellas sucumbieron entre los comentarios. El fuego había penetrado en nuestros espíritus y las mejillas de nuestras esposas delataban su conformidad. Con su esfuerzo y dedicación, con su amor incondicional, siempre se ganaron nuestro reconocimiento, así me lo dijo Pedro. Así se lo comente yo. Recordar las costumbres, recordarte en el infinito, es decir te quiero. ¡Salud María Eugenia!

COSTUMBRES NACIONALES


viernes, 4 de septiembre de 2009

FIN DE SEMANA


Hace falta más tiempo para invertir en alegría y tranquilidad. Hace falta más tiempo para disfrutar de la familia y del entorno. Hace falta más tiempo para reír y también para llorar. Hace falta más tiempo para disfrutar de los amigos y de la casa.
En este tiempo tan acelerado y controversial, se hecha de menos el descanso y la placidez. No se disfruta el trabajo ni el cambio de habito. Todo es una obligación y presión instantánea. Los días transcurren en ofertas y liquidaciones. Los feriados de descanzo se llevan cabo en una serie de preparativos para trasladarse a cualquier lugar; llevar la tele, la bicicleta de los niños, las cartas de la mamá, cargar los celulares, el play station, las tenidas diarias, las sombrillas, bencina al auto, los repelentes de los mosquitos, los antialérgicos, la chaqueta pescadora del papá, los lentes polarizados de la mamá, las tarjetas de crédito y calcular el mall más cercano o el super mercado preferido. Viajamos un par de horas, todo el mundo cansado, un par de horas en la playa un gentío impresionante, los niños se pierden entre la gente, los alimentos llenos de arena, el viento hizo añicos la sombrilla, los pies quemados por que olvidó las hawaianas y la señora se apropió de la toballa y parece un montón de baba de ballena o medusa, embetunada de rayitos de sol factor 35. Los niños tiritan como gelatina por el agua helada quiere cambierles la ropa mojada y se da cuenta que no trajo la ropa interior. Los chicos se sientan en la arena, el sol a tres de la tarde se los quiere comer vivos y yo también.
Hay que volver a casa entre un taco de 25 kilómetros, la señora no sonríe por la crema hecha costra en su cara, nadie está tranquilo con la espalda quemada, los peajes son más lentos que tortuga coja, tengo que recargar bencina, los helados dejan el tapiz resbalozos, el pastelito mi mujer tiene más migas que la cama de la empleada, como a las doce de la noche debo subir a los niños al quinto piso dormidos, los músculos de la espalda están a punto reventar y la señora traslada su cartera de fibra vegetal alegando a viva voz para que sepa todo el edificio que llegamos. Mi mujer super preocupada solo alcanza a musitar "hechaba de menos mi camita."
Un fin de semana super entretenido.