sábado, 20 de junio de 2020

LO QUE NO QUISIERA


A DISTANCIA DE TI


En las noches inquietas revolcando las nubes
te dibujo en las cortinas del cuarto
hasta perder la calma.
Las mismas ganas de dibujar sombras
en la pared se estampan en mis dedos
para acariciarte después.
Los instantes que se ofrecen a volar
entre pared y pared
golpeando el silencio
de la distancia de ti.

Comencé a valorar mi propio silencio
en esas instancias de dolor celestial
en ese trajín memorial.
Construiré una casa en las nubes
para aliviar mi cansada esperanza
de verte dormida después de llorar.
Un trazo furioso se traga la noche
y con ella la bestial nostalgia
de tus besos de miel y escarcha.

No hay corazón que aguante tu desnudes
y me llevo tus flores violetas hasta mis labios
para decirte adiós sin querer que te vayas.
Cuando cruce la nostalgia otra vez
tendré en cuenta que ya me robé
de tu boca insaciable el sufrir de la sed.
Dejemos el tiempo volar
para que pueda mi cuerpo curar.


martes, 9 de junio de 2020

LAS OPCIONES QUE NOS OFRECEN


LA VERGÜENZA DESNUDA


 La condición humana, es una condición inestable y cuestionada en todo el mundo. La conducta generalizada es violenta y pornográfica. La dureza de las situaciones visualizadas en los extremos de la sociedad es tan violenta que inevitablemente nos conduce a plantearnos dudas, en su veracidad o si son escenas apropósito y rebuscadas para explotar la sensibilidad y los sentimientos de los demás. Esto ya ha sucedido en otras ocasiones y en otras latitudes.

Por qué se considera a la pobreza un problema psicológico?Los dramas que ha mostrado esta pandemia dejaron al descubierto aquello que sabemos, pero que no dimensionamos porque estamos ajenos a esos extremos. Nuestro mundo está limitado por lo que no queremos ver, por lo que, en lo que no queremos involucrarnos, por lo que no queremos asumir como sociedad o autoridad. Porque no queremos ver la vergüenza.

Avergonzados de ser pobres: el hundimiento silencioso de una familia de clase media.

Vergüenza es tener familias hacinadas en un recinto sin agua, sin baño, sin luz y sin respeto. Pedirles que guarden distancia o ciertas normas de higiene, cuando ellos, en verdad, se calientan y se cobijan apegados a sus propios cuerpos, en una cama para cuatro hermanos donde se sortea el té o la marraqueta, no solo al desayuno, si no que para el día, en ciertos casos. Vergüenza que los abuelos pierdan la fe y se limiten a morir callados si no hay una persona que los asista, porque le da vergüenza verlos morir de esa forma.
Vergüenza saber que tienes opciones de futuro para quince días, si es que el programa de Estado te tiene considerado entre sus exigencias, requisitos y formularios. ¡como si morirse fuera culpa suya! Al no cumplir ciertos requisitos. Vergüenza es no entender que otros moribundos, no tienen otra opción más que morir.


Otra vez el fantasma de la letra chica: Gobierno se enreda con ...Vergüenza es obtener una caja de alimentos para 15 días que tienen un valor incalculable para una familia de cuatro miembros.
Vergüenza es que, en otros sectores de mi país, el mismo valor de esa caja, es solo el desayuno para dos personas a la puerta de su departamento en forma diaria.
Vergüenza es solicitar salvoconducto al peatón porque va a su trabajo como la única forma de sobrevivencia suya y de su familia.


Vergüenza es ver la carreteras y avenidas con sus vehículos sin apenas fiscalización oficial. Vergüenza de aprovecharnos de los dramas humanos para fines políticos, campañas sociales, rating televisivo o simplemente como tema de conversación y análisis por los personajes de siempre, que lo único que aportan es eso, un comentario insustancial, como una sopa de huesos que se calienta todos los días en una olla común en algún lugar de Santiago.
Vergüenza política por no tener conciencia social.
Vergüenza política por no tener acuerdos en la distribución de migajas económicas, mientras se juega en una sesión parlamentaria a reducir una dieta irrisoria en donde no se justifica por la misma pandemia que nos cubre la vista.
Vergüenza al desnudo. Vergüenza que nos retrata de cuerpo entero. No podemos sobrevivir de bonos o campañas solidarias. Dennos el respeto que merece cualquier ser humano después de trabajar más de la mitad de su vida al servicio del país. No se puede salir a la calle a pedir monedas, a mostrar nuestra humillación, a compartir dolores, desazones, lágrimas de rabia, gritos de angustia, desolación y hambruna. No merecemos esto. No pedimos esto, pero no nos queda nada. Que su ayuda, la del Estado, no sea solo para cubrir nuestra vergüenza.



En un país bien gobernado, la pobreza es motivo de vergüenza. Pero ...