martes, 4 de septiembre de 2012

PATRIMONIO DE LONTUE


A MODO DE INTRODUCCION


El Despertar de Lontué, diario prestigioso, respetado y consolidado en la región, se alza como unos de los medio escritos más veraces y oportunos en estos días. Consciente de las limitaciones económicas y de la falta de una imprenta o medio de impresión propia, da muestras de una enorme iniciativa en sus editores y colaboradores.
Este premio a su nuevo proyecto como una de las herramientas al servicio de la comunidad para dar a conocer su PATRIMONIO HISTÓRICO, sin duda alguna marcará un hito en los lontueninos. Una revista que permita difundir lo propio, nos dará la fuerza para querer y mejorar y restablecer nuestra localidad.
Menciono uno de los valores estructurales perdidos en la localidad; La turbina de San Pedro. Tal vez años atrás, sirvió como fuente de energía para el alumbrado domiciliario del caserío junto a su canal hasta las inmediaciones de lo que es hoy la Villa Bernardo O'Higgins. Sería hermoso, tener datos histórico de su llegada, montaje y funcionamiento. Merecidisimo el premio otorgado nuestro diario: EL DESPERTAR DE LONTUE


La riqueza del Patrimonio de Lontué


Algunos historiadores, concuerdan que el origen de Lontué como pueblo, comienza con la llegada del Ferrocarril por el 1870, acerca de la creación de Lontué, es aproximadamente en 1823, con los albores de la república, ya que Lontué es nombrado como punto divisorio de la repartición territorial de Chile.
Lo
que queda claro al recavar información de Lontué, es que sus terrenos, fueron siempre aptos para la agricultura, se plantaron las primeras vides, y se crearon grandes empresas vitivinícolas, la gran mayoría ha olvidado los corrales que existían en los terrenos de la estación de FFCC, las grandes bodegas, lo que da cuenta del gran potencial económico que tuvo Lontué, de un Hotel por los años 30, de un tren de sangre que traía mercaderías desde el sector de Viña la Fortuna.
Lontué
tuvo uno de las primeras plantas de tratamiento de aguas servidas, que sirvió para investigación y mejoramiento y rediseño de Modelos matemáticos de Ingeniería, ubicada a un costado de la carretera longitudinal 5 Sur, en la entrada del fundo "El Molino".
Que
en la Viña la Fortuna existio una pequeña central Hidroeléctrica de caída, conocida como la Turbina, donde aún se conservan parte de la Estructuras y casa de máquinas (Fundo el Semillero).
Texto extractado INTERNET



A finales del año 1957 el caserío de San Pedro constaba con un baño público consistente en una gran caseta dividida en su interior por dos duchas que contaban con agua caliente proveniente de las calderas de la Viña San Pedro al costado sur de la vía fluvial de llamado canal de San Pedro. Estos baños, serían ocupados por las personas de cierto rango y bastaba solicitar una llave para su ingreso y unos cuantos golpes a las cañerías, para que se conectaran las aguas necesarias.
El mencionado canal traía un afluente del río Lontué que se adentraba por los terrenos de Entre Ríos y luego, por los costados del fundo Santa Amalia para más tarde, recibir el nombre por el cual fue identificado. Mantenía un calmado curso de punta a punta donde iba incrementado de a poco su profundidad. Al llegar a los límites de los conventillos, donde cambiaba su curso, se encontraba lo que llamamos la “turbina de San Pedro.
Esta turbina habría de alimentar de luz eléctrica las contadas construcciones familiares antes de los años mencionados. No tenemos registros de la llegada de estas fabulosas máquinas ni tampoco del tiempo de utilidad manifiesta. Los responsables de estas instalaciones se guardan en el anonimato y de esta premisa, nos damos el tiempo de investigación y documentación para recuperan todos los antecedentes y ponerlos al servicio de la historia, con el propósito de recuperar nuestro patrimonio cultural y identidad social.

Esta, se reconocía por una canalización de material sólido por ambos costados con una dimensión de unos tres metros aproximados más un lecho arenoso, también construido para tal efecto. Una barrera de maderos nos contenía la mirada al interior de la industria, donde se encontraba una serie de maquinarias. La sólida construcción se dividía por unas enormes compuertas con una impresionante caída de agua. Las compuertas retenían la fuerza del agua, lo que daba mayor profundidad al canal. La caía de agua daba paso a un espectáculo de llovizna silenciosa. Desde el exterior se vislumbraban las compuertas sostenidas por dos brazos de cemento allanado y muy prolijo. Cada brazo se asemejaba a una escalinata de aproximados a un metro de alto por uno de ancho. Al costado derecho unos tupidos morales y al izquierdo unas frondosas higueras coronaban los altos muros laterales. De frente una mole de unos seis metros dejaba ver una cara lisa permanentemente lavada por una cortina de agua limpia y cristalina que se perdía en una loca carrera hacia el estero seco, unos metros más al sur.
Existe dos vestigios de dos semejantes turbinas más, una se encuentra en la Viña Lontue a los píes de estero Pirigüin, cercano a lo que es hoy, la cancha Alejandro Rollan. El cauce que alimentaba dicha turbina pasaba por el interior de los caseríos, entre el camino a los Canales y la vía central de la viña mencionada. Una detallada historia podría ser comentada por las familias más longevas del lugar. La otra, en el Fundo el Semillero camino de la Fortuna.