martes, 23 de marzo de 2010












EL SER HUMANO,¿PUEDE ENCONTRAR LA ILUMNACIÓN O ES SOLO UN MITO?, EN CASO DE QUE SE PUEDA,¿NECESITA ESTAR SOLO(APARTARSE) PARA LOGRAR O NECESITA DE TODOS PARA LOGRARLO?

Hay antecedentes poco claros con respecto a seres o personas iluminadas y que por estar solos han dearrollado esta facultad. Sin embargo, para poder darse cuenta que son iluminados necesariamente deben compartir con nosotros, los profanos, su iluminación.
Existieron personas iluminadas en la antigüedad y que se hicieron poseedores de la sabiduría y el buen juicio; los profestas u hombres de Dios, Jesús mismo y en el caso de otras religiones y filosofías Ala, Buda. Todos ellos en un momento dado se alejaron del mundanal ruido por ser elegidos para tal don o virtud y que debieron mostrar a los demás con hechos más menos juzgados por la inmensidad de la población de aquel entonces.
La época contemporánea tiene una cantidad de personas que bien podrían ser considerados "iluminados". Algunos los consideramos genios, super dotados, artífices, maestros y hasta podríamos darle el título de "loco" si amerita el reconocimiento de su ejercicio. Estos ejemplos abundan en las ramas de la ciencia y la tecnología, la medicina y muchos de ellos categorizados como "Nobel". Todos ellos de una u otra forma, se "iluminaron" en la soledad de su trabajo, en el fortalecimiento de su mente, en relegar su humanidad a un segundo plano para dar cumplimiento un mandato más altruista y global. No necesita de los demás para lograrlo, pero para ser reconocido como tal, nosotros debemos ser capaces, de ver su luz.



El 23 de marzo de 2010 14:50, La Sociedad del Saber Group Members escribió:

Linkedin Groups March 23, 2010
La Sociedad del Saber

New: 1 discussion
Discussions (1)
El Ser Humano, ¿puede encontrar la iluminación o es solo un mito?, en caso de que se pueda. ¿necesita estar solo (apartarse) para lograrlo o más necesita de todos para lograrlo?

lunes, 22 de marzo de 2010

QUIEREME, AÚN DESPUES DEL DOLOR.





EN LA AUSENCIA, VOLVEREMOS A ESTAR PRESENTE

Hoy, me pareció ver las gaviotas esquivando las olas y estas, acariciar las arenas de mi costa tan herida y por encima de los dolores la recibía como cada día, con la herencia de lavar sus pies, una y otra vez. Hoy reina en el silencio un sol, anunciando un nuevo día.
Hoy, los niños vuelven a los escombros a buscar las ratas y en las mesas sin patas se equilibra el hambre mientras las flores se sacuden los temblores y sus temores. Buscando el alma entre los escombros encuentro a mi madre que llora con su cacerola magullada y asustada. Hasta las bestias extrañan su paciente hierba a que vuelva desde las entrañas de la tierra. El mar ha recogido sus faldas y a dispuesto los peces a la mesa y al aceite, para redimirse del pecado.
Hoy, los niños vuelven a recoger las sonrisas que se dispersaron el veintisiete de febrero y como si el sol fuera un obrero, se levanta más temprano a recorrer el paisaje desde la cordillera al mar para que nadie sienta el frío y la soledad. Ha pasado la tormenta llevando entre sus brazos los dolores y los horrores de las casas de mi tierra. Volvemos a las faenas de la industria, de la panadería, de la pesca y de la minería. Volvemos adentrarnos en tu cuerpo madre mía, a buscar nuestro pan de cada día. Volvemos a tus aguas en barcarolas golpeadas y asustadas para llenarlas de una pesca milagrosa.
Hoy, los hombres limpian el rostro de tus calles y avenidas, arreglan tus faldas cerrucas y tus costas de enaguas blancas y salinas, para que sonrías en colores de primaveras y en verdes canelos y pinos araucarias.
Como un rito ancestral, te rendimos sacrificio. Te entregamos nuestros hijos, nuestro padre y nuestra madre. Recogiste tus maderos, tus rocas, tus minerales y con tus celos de mujer, derrumbaste miles sueños cobijados en las paredes de mi casa, de la iglesia y del burdel. La luna asombrada vió como te arrastraste a lavar heridas territoriales. La tierra ha dejado de hablar. Está muda de humedad. Volvió la calma, Dios la puso en su lugar. Dios nos ha dado un nuevo tiempo para pensar.
Ayer, al igual que Abraham pediste en sacrificio a su hijo, hoy lo entregamos todo con apenas tiempo para llorar y volvemos a nuestro oficio.
Ayer, al igual que el paciente Job, soportamos con entereza que nos lo quites, pues sabemos de forma consciente, que seremos bendecidos con el doble de lo perdido. La tierra se molesta cada cierto tiempo. Dios la vuelve a su sitio, pues tiene a sus hijos en ella, para que la pueblen de regocijo y glorifiquen Su nombre, de aquí a la eternidad.

domingo, 14 de marzo de 2010

CONJUGAR AMOR Y DOLOR





AMOR Y DOLOR

Vino como si fuera un viento, como ese que mueve las hojas del árbol más tierno. Se detuvo en nuestra casa como si fuera familiar, nos come el alma cada vez que sale a pasear. Se inquietan las palabras y se instalan a discutir creyendo que los verbos son puñales ocultos presto solo a herir.
Una actitud irreconocible se pasea por las calles destruídas y una sonrisa lava el desastre que no quieres ver. Los heridos ya no lloran su sangre y se levantan para seguir apenas con sus dos manos y vagan de lado a lado queriendo levantar a los que aún no dejan de llorar. Los niños dejan los jardines para aferrarse a sus madres que no dejan de temblar. La totalidad está en el suelo no queriendose levantar, allí están las aves con su trino que vienen a animar los miles de voluntarios que no se quieren ir al mar. Están parando a la tierra, plantando adobes de esperanza y pan. Allí están las manos de la mujer que reparte ánimo, leche y sal. Las iglesias sacudieron sus pilares y el agua bendita se confundió con la mar, los santos son miles y miles que de píe en la ahora desconocida costa lloran sus maderos como se transforman y aprenden a nadar. Allí están hombres levantando su grito al cielo, reclamando el dolor que les arrebató a sus hijos, allí están ellos sacudiendose el polvo, apretando el leño, parando columnas para empezar de nuevo. Las noches son iluminadas por fogatas de gente cálida que ordena sus pensamientos como queriendo olvidar sus pesares con esquivos mendrugos.

¿Como querer transformarme en brisa fresca que apacigüe su dolor?
¿Cómo ser agua dulce y clara para mitigar su sed de esperanza?
¿Cómo ser la sombra que cubra mi país para dar el sosiego y la calma necesaria?
¿Cómo ser el trigo para que nada les haga falta?
¿Cómo ser una lágrima dulce y pura para que ahoguen en ellas sus miedos de hombre grande?
¿Cómo ser tierra y sangre para correr por sus venas impregnádoles de fe y distancias frente a los sinsabores de la vida?

Queda de manifiesto que somos tan pequeños ante la dolorosa realidad. Somos cuerpo dividido en dos. Amor y dolor. El dolor de parir y perder los hijos. El dolor de empezar de nuevo. El dolor de la herida jamás cicatrizada. El dolor de darnos cuenta que Dios solo está cuando nos sacude la violencia. El amor, somos todos. Cuando damos la mano al desposeído, cuando levantamos al caído, cuando compartimos la misma mesa, cuando lloramos por los amigos perdidos, cuando reconocemos en el vecino nuestro prójimo. El amor está de puertas abiertas tanto en el norte como en el sur. El amor tiene nombre de niño, de hombre y de mujer. El amor anda vestido de corto, de uniforme y a veces sin nada. El amor construye lo que nos hace falta. Por eso estamos de píe, por que tenemos la esperanza de que mañana encontremos la parte que nos llevó el mar. La que quedó bajo tierra, la que desapareció sin despertar. El amor está de manifiesto en todas las cosas que realizó Dios. Somos el cuerpo que necesita el amor de Dios, así nos creó. Carne, sangre, huesos, sudor y lágrimas. También, fe, esperanza, tierra, mar y agua.

jueves, 4 de marzo de 2010

FUERZA CHILE!!!!







DE NUEVO MAÑANA

El espíritu de Dios anda suelto por la costa maulina y sacudió sus cimientos hasta hacer brotar lágrimas de las rocas más duras a las orillas de la mar. Este, se quiso escapar hacia los cerros en su bano afań, bramó de madrugada junto a los infantes y los ancianos, soberbio se encaramó en las casas, se aferro a los árboles y sucumbió a las alturas. Como una madre herida, la tierra agitó sus brazos y su cuerpo entero, sacudiendose los versos y las palabras para transformarlas en desprecio, llantos y quejidos. La larga columna salada encabritada una y otra vez se azotó contra los cuerpos dormidos de mi gente y los elevó al cielo o los enterró junto a los muros y los maderos que ahora son parte de la arena.
Los ojos se cansaron de llorar y las bocas callaron lo que a gritos querían decir cuando su vida se confundió con el mar. Muchos se fueron con las olas, otros simplemente se enterraron bajos sus casas sin poder llorar. Lloro por Iloca. Lloro por mi Caleta Llico, lloro por San Pedro su patrono, que se fue con los brazos abiertos de impotencia ante sus barcarolas hecho añicos. Lloro a escondidas para no aumentar el caudal de la misma mar. Mañana recogeré mis manos y mi voluntad de amar. Mañana tomaré mis pasos y retornaré a mi ánimo para avanzar. Mañana tomaré el aire nuevo y volveré a respirar para estar contigo amigo, hombre de mar. Mañana saldrá la luna y volveremos a descansar. Mañana empieza la vida con agua de cielo y mar. Mañana el hombre vuelve a comenzar.
El espíritu suelto de Dios, tomó los píes del agua y lo arrastró a su lecho de mar. El agua nos limpio el alma, lavó nuestros ojos, limpió nuestras manos para que volvamos a la tierra que nos dá nuestro pan. Para que saquemos del mismo mar, el sustento diario que nos hará poco a poco levantar ese templo propio que llamamos casa, reducto familiar y que guarda nuestras plegarias diarias cuando queremos a Dios alabar.