miércoles, 29 de noviembre de 2017

HAY QUE TOMAR ACCIONES AMBIENTALISTAS


FRIGANISMO. FREEGAN

Los freegans abogan por la comunidad, la generosidad, la conciencia social, la cooperación y el compartir en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía, la competición, la conformidad y la codicia.



Razones de sobra para optar por otras alternativas, aun considerando que estas pudiesen ser, no del todo aceptables. Habría reparos por cierto.



Se denomina freegan a la gente que emplea estrategias alternativas para vivir, basadas en una participación limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos.


El significado de las cosas es difícil para el común de las personas, pues la mayoría piensa, discute y propone sin muchos argumentos, pero aun así son aceptables sus aprehensiones. La historia de los gobiernos, al menos en nuestros casos, han sido gobiernos capitalistas, inclinados mayoritariamente a las políticas económicas de favor a las empresas. Cuidando intereses de consorcios e inversiones extranjeras. Quedando un tanto, por no decir mucho, relegado el interés de los sectores medios y que a la postre son solamente dos; trabajo y trabajo bien remunerado. Los otros intereses sociales vienen por añadidura.

Considerando que todo está referido a los dineros circulantes, a escalas estratosféricas y a escala de pesos en los bolsillos de los asalariados, el dinero lo poseen los capitalistas y que ello, corresponde al mínimo de la población total. Si bien es cierto en todo el mundo existe la desigualdad económica, no es menos cierto, que la mayoría de las personas trabaja y las ganancias no están todo lo equilibradas que quisiéramos. Donde más se sufre esta desigualdad, casi al nivel de submundo, son los sectores agrícolas y los estratos poblacionales. Realizando faenas de apenas despuntar el día, hasta más allá de donde se pone el sol. Y los dividendos son miserables después de pagar créditos, préstamos e insumos. Los otros, comen al día lo que la suerte les depara. He aquí una de las grandes barbaridades de nuestra sociedad capitalista y también de la abismante irracionalidad de nuestros pares. Todos los días se vacían a la basura, toneladas de comida, ya sea por los supermercados, los restaurantes, los casinos de empresas y hasta en nuestros domicilios, se bota lo que no consumimos. Pero, ¡¡son restos!! Dirán ustedes. Toda la razón. ¡¡Basura!! Cierto. Si lo miramos al prisma de la economía, es plata perdida. ¿Sigue dándole vuelta al tema?



Considere lo siguiente. En nuestro país existe una organización que reúne las mermas de ciertos locales y los distribuye en hogares de ancianos y hogares de menores. En Estados Unidos, los freegan, viven de la calle, sin mayores dificultades y forman grandes comunidades en las principales ciudades norteamericanas. El objetivo es simple, evitar el consumismo, favorecer el reciclaje, reutilizar los alimentos desperdiciados por empresas y restaurantes. Brasil, Argentina, España, Corea, Suiza, Estonia son algunos de los países donde se concentran los partidarios del friganismo. En esta práctica los fines son políticos más que la necesidad personal o pobreza. Están contra el consumismo industrial. Piensan que de esta manera ayudan al medio ambiente, protegen sus recursos animales y vegetales. Evitan el desperdicio y fomentan a través de sus acciones la solidaridad, el compartir espacios donde se puedan crear jardines cultivables, el auto como transporte colectivo, el préstamo de bicicletas y otras formas más amigables de compartir nuestro medio ambiente.

Hoy, hay grandes movilizaciones en resguardo de los recursos naturales. Así mismo, el cuidado del medio ambiente en general, tan deteriorado por el monstruoso desarrollo industrial, está supeditado a las personas que realizan este tipo de conductas. No esperemos que los industriales tomen conciencia y depongan sus afanes de exterminar los recursos naturales, incluyendo al hombre, entre ellos. Si pusiéramos un mínimo de conciencia medio ambientalista, quizás podríamos aceptar ciertas conductas para facilitar el friganismos. Como clasificar los deshechos domiciliarios, regalar los zapatos, vestuario no utilizado, aparatos eléctricos en desuso, eliminar paulatinamente el plástico de nuestras casas. Ordenar los depósitos de basura o contenedores. Existen miles de formas de ayudar al planeta. Solo necesitamos que practique una de ellas. Tal vez no el friganismo, que suele percibirse como conducta tabú en la mayoría de los países desarrollados, y por ello, sus practicantes se conciben como socialmente inaceptables.

Atrévase. Más que perder, ganamos existencialismo.

viernes, 24 de noviembre de 2017

EL CHILE CIVIL Y EL CHILE MILITAR


MILITARISMO CIVIL

  • Militarismo= autoritarismo castrense tradicional, que tiene su expresión en las dictaduras militares.
  • Neo militarismo= conjunto de concepciones que piensan en la fuerzas armadas como eje del Estado y el ordenamiento social.

  • El militarismo es una enfermedad del sistema castrense. Consiste en imponer valores, hábitos, estilos e intereses militares en el gobierno de la sociedad. También hay civiles militaristas, tanto o más recalcitrantes, que los internos castrenses en cualquiera de las cuatro ramas de las Fuerzas Armadas.
Gran parte de la sociedad chilena, oligárquica y grupos económicos, son los culpables o responsables directos de sustentar el militarismo, más aquellos civiles que pecan por ignorancia, pretendiendo ser protegidos por la Fuerzas Armadas, en instancias sociales o políticas.

Sin darnos cuenta de las implicancias sociales de esta situación, nos enfrentamos a un fenómeno, pocas veces visto en los países republicanos, donde la magnificación del papel de los militares y el chovinismo que se estimula y exacerba a la creación de un clima proclive al militarismo que implica la tolerancia ante sus desbordes, asumidos como algo natural y propio de las instituciones castrenses, son amparados por el silencio de los medios de comunicación y, la ausencia de los trabajos académicos que vayan al fondo de este fenómeno negativo derivado a la vez de un sentimiento de superioridad y, sentirse indispensable a la vida misma de Chile.
El asunto es demasiado serio como para dejarlo exclusivamente en manos de los militares. La monopolización de saberes y voluntades suele ocultar intensiones poco presentables.

Son muchas las dinámicas sociales, rechazos y cuestionamientos, las tensiones e interrogantes, no solo exógenas, sobre el papel de los militares en la democracia y la sociedad chilena, como para no imaginar que se producirán cambios en el futuro aún no precisable, pero que, ciertamente vendrá.

La tiranía de Pinochet, desafió la democracia.
Otrora las fuerzas armadas eran símbolo de heroísmo, honor y compromiso patrio. Después de la dictadura de Pinochet, las fuerzas militares han cambiado. Y su cambio, no solo se debe a la adquisición de nuevas armas, ni a la adquisición de tecnología de punta o a la renovación de los apellidos en la planilla de sueldos. Hoy, militarismo es diferente de aquel del pasado porque ha hecho del anticomunismo, de la seguridad nacional, del combate a enemigos internos de toda clase, de los que atentan contra la moral una doctrina. Del mismo modo, y de forma omniciega a los que se afilian al narcotráfico, los que reniegan de su identidad patria. Es diferente porque no vacila, no trepida, cuando lo considera necesario, en respaldar, rechazar o imponer sus puntos de vista mediante su principal elemento de fuerza política: las armas de las que es depositario, aunque estas aparezcan camufladas tras la fronda de supuestos valores morales de los que se atribuyen la propiedad indiscutida.
Es diferente por se constituyen en empresa aumentando sustancialmente su presupuesto. Nacieron y se desarrollaron geométricamente un puñado de fortunas personales, manejaron propiedades fiscales asignados a los institutos armados, como eficiente empresa inmobiliaria de poder incontestable contra cualquier otro actor social o político de la nación.
Son diferentes, porque hoy día se han expandido a las estructuras civiles, al extremo de crear “El Cuerpo de Generales” que no tiene existencia constitucional. Tan expandida en nuestra sociedad civil, está el militarismo, que se involucra desde los jardines infantiles hasta las universidades. Hay representantes de las Fuerzas Armadas en la Dirección de Deportes, en el Consejo de Censura Cinematográfica, del Ministerio de Defensa depende la Academia Nacional de estudios Políticos y Estratégicos, la Defensa Civil, hasta la Dirección de deportes y Recreación. Les asignan a las armadas o castrenses roles direccionales permanentes e integrales sobre los asuntos públicos. Incluyendo áreas como la ética y la cultura.

La verdad no escatima esfuerzos.

La Constitución “modificada por Pinochet”, es decir, por personeros servidores a la tiranía, innovaron para proteger sus intereses económicos y asegurar en mantener la hegemonía del poder.

Ciertas innovaciones a la Constitución, dieron como resultado el despropósito de que, el Presidente de la República, tiene menos atribuciones, que el Comandante en Jefe del Ejército. La innovación consistía en que la Constitución estableció, que las fuerzas militares garantizan el orden institucional de la república mediante los nuevos instrumentos legales:
  • La inamovilidad del Comandante en Jefe.
  • La ley orgánica de las Fuerzas Armadas.
  • El Consejo de Seguridad Nacional.
  • Los Senadores designados.
A la postre, todos mecanismos de leyes de amarre impuestos a espaldas de los interese democráticos de la nación.
…lo que ha pasado en Chile, desnaturaliza, envilece cualquier futuro proyecto o cambio democrático y la dificultad irremediable será esta: que vivimos bajo una constitución no democrática por génesis y por contenido. Y que además entrega su cuidado – la famosa <<garantía>> - a quienes la han impuesto por la fuerza…… y como su poder es la fuerza, me parece que en el futuro no habrá modo de salir del círculo vicioso en el que estamos metidos.
Una asamblea constituyente. Una renovación de la Carta Fundamental. Cambiar la Constitución no parece una tarea fácil, ni mucho menos aceptada por el militarismo.

martes, 21 de noviembre de 2017

¿EXISTE LA UNICRACIA?


SEGREGADOS. ¡¡¡UNICRACIA!!!



¿Segregados es sinónimo de discriminados?


La discriminación, cualquiera que sea la forma de manifestarla es fatal, de una gigantesca ignorancia personal. No se condice con la dignidad humana. Pero ya instalada en nuestro consciente colectivo. Existe y seguirá manifestándose. Además de este flagelo social, pocos son los que se dan cuenta de las cicatrices que está dejando el efecto de apartar o apartarse de aquellos que no hablan igual o de lo mismo, que existen las prendas de moda, que no tienen rutinas similares, que viven en sectores populares y que no están a nivel de las creencias y educación de los demás.

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Con la segregación, somos invisibles a los demás
Es un error pensar que la gente esté cansada de ciertas conductas sociales y debido a eso rechace, casi todo lo que te incomoda. Es un error, una monstruosidad oponerse a los cambios de estructuras  conductuales. Existen nuevos paradigmas sociales que debemos reconocer y aceptar. Somos parte de los cambios. Aquellos que piensan en optar por los males menores, simplemente son personas que moralmente, son cuestionables sin lugar a dudas. Es altamente preocupante el acomodarse a las aguas turbias y dejar llevarse por el dicho más recurrente “si ellos lo hacen, que queda para los demás”. Bajo este estandarte nos apartamos, diluimos nuestra responsabilidad y renunciamos a nuestro derecho de integración social. ¿Y qué?


Que debemos ser conscientes que cada día haremos el ejercicio de segregar a la masa, al grupo social, a la comunidad o lo que ud. prefiera como llamar a la sociedad.

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Triste record de nuestra conducta social.



Que cada día, otros también realizan denodados esfuerzos por segregarnos por la terminología utilizada en nuestras conversaciones. Es real un lenguaje soez, procaz, altanero, tendencioso, vulgar, barrial, ampuloso y baboso que no encaja en otros círculos. Segregados por la marca y el valor de nuestras prendas de vestir y por donde las compramos. Segregados por no asistir a un gimnasio o por el tipo de vehículos que conducimos. Nos segregan por los tatuajes, la lectura habitual. Si eres light, diet, vegano, naturista o dog lover.

La segregación nos permite agrandar el país, pues las distancias se manifiestan por temas menores y nos convertimos en seres inmunes e invisibles y un potencial, y brutal enemigo público mediante el uso de las redes sociales. Desde allí, ejercemos presión para ser integrados a no sé qué. ¿?

La segregación es un vestido raído de asumir, disfrazar la discriminación general. Por esta causa, la segregación, nos convertimos en seres agresivos, incapaces de afectos, insensibles y soberbios pensando que todos nos quieren perjudicar y el consenso de las opiniones se pierde, también el concepto de democracia en sí mismo, se ha perdido. Pensar que sufrimos lo indecible por restablecer el estado de derecho, destruido por la dictadura, hoy vivimos la dictadura individual, gracias a la segregación que manifestamos como si fuera una dádiva celestial.

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Apartados, extendemos las fronteras del entendimiento


La individualidad no deja que avancemos como país, desvanecida la comunicación, nos distanciamos y alargamos el país hasta las fronteras del frío hielo. La empatía es solo un concepto. Chile se ha convertido en el segundo país más individualista, después de Estados Unidos. El siglo XXI, nos regalará una burbuja donde podremos satisfacer nuestras más variadas y antojadizas necesidades, cumpliendo a raja tabla el efecto de apartarse o ser apartado; segregación.

viernes, 17 de noviembre de 2017

MIEMBRO NATURAL DE LA TIERRA


Luis Muñoz preparando sus aparejos para perderse en el rio.
Desvanecerse
Como una forma de decir lo que deseamos cuando queremos estar solos y escapar de aquellas  actividades que nos mantienen acelerados la mayor parte de nuestro tiempo. Desvanecerse para vivir a fondo el entorno. Dejar horarios y rutinas de oficinas citadinas.

Cada cierto tiempo, la mayoría de las personas busca motivos para salir, desconectarse de las actividades que constituyen nuestra rutina. Nuestras energías aparentemente se renuevan con un periodo de descanso y mejor aún, un periodo de vacaciones. Pero, ¿son todas las vacaciones un periodo de descanso?

compartir; o como partir a la naturaleza
El verano constituye la estación donde más se mueve la gente en busca del esparcimiento, del descanso o más simple, relajarse. La vestimenta liviana, la flexibilidad de los horarios, las comidas pausadas y la música sin contenido son los referentes de este alejamiento del trabajo, principalmente.
Sin embargo, una caminata con la infaltable mochila, hace maravillas en nuestro espíritu a la hora de olvidar la ciudad asfaltada y sus vidrieras refractantes. Una pausa bajo un árbol, o beber desde una vertiente fresca, una distendida conversación son placeres que no todos disfrutan. Una puesta de sol es tan bella en la playa como un atardecer en la montaña. Un amanecer con el canto de los pájaros invisibles entre el verde follaje, o la extensión de los trigales maduros que se mecen con la brisa salina, no tiene comparación. Dormirse cansado, no es lo mismo que agotado, tedioso, aburrido o lateado. No es lo mismo la comodidad de una cabaña ante la posibilidad de una carpa en medio de un bosque con el concierto de una río permanente. No es lo mismo desvanecerse en la naturaleza, empaparse  de ella con todas sus extensas primitivas bondades.
Lo que es esencial en la ciudad, no tiene ninguna relevancia a la hora invertir nuestro tiempo donde quieras que estés dispuesto. Y nuestro tiempo no es verano o estación determinada. Nuestro tiempo es cuando somos capaces de camuflarnos en el paisaje, evadirse, desvanecernos en su majestuosidad. El llenarnos los ojos de colores y sentir, percibir todos esos estímulos a flor de piel, que  se abran nuestros sentidos. Más allá de que en muchos casos la felicidad o nuestro nivel de tranquilidad, paz y empatía son el resultado de nuestras experiencias y nuestra capacidad de procesarlas y orientarlas hacia un fin deseado. Pues eso es compartir, ser un poco parte de ello. Entender nuestro papel ecológico. De lo que tenemos y no arrebatar sus dones, pues siempre hay alguien que está precisamente, pensando en compartir, desvanecerse en la naturaleza y recuperar su identidad de miembro natural de la tierra.
Compartir, disfrutar y dar un mutuo afecto por lo que nos rodea, nos hace parte de ello, existe un entendimiento entre las partes de nuestro organismo y los elementos de la naturaleza. La expansión de nuestros sentidos aflora por los olores, los colores, las formas y la ausencia de los ruidos tecnológicos y ello, nos proveería de experiencias de conexión humana más nítidas y vívidas. Conectados e interactuados podríamos literalmente, sentir lo que una persona siente, experimentaríamos otras formas de intercambio de información emocional. Aquel deseo ferviente y siempre escurridizo de una pareja enamorada, de sentir lo que su amante siente cuando la mira, o incluso, de ser una sola persona, podría ser una frecuente realidad. La conciencia podría tal vez sobrevivir de manera incorpórea.


jueves, 2 de noviembre de 2017

UN FLAMEAR DE GITANOS

GITANILLAS

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Entre las ruedas de su vestido
y la fiebre de sus tacones,
lloraba el tablao como si dolieran los acordes,
las palmas, y las voces de los gitanos.
Como si de quejas se tratara,
la danza abre sus páginas a eternas tradiciones,
a las emociones de los cantaores
y los rasgueos cimbraos en la guitarra.




¡Baila gitanilla! Resultado de imagen de flamenco madrid

y con el donaire de su gracia,
vuelen en floreos recios y suaves,  
amores en de carpas y de tablao.
No se vayan a desprender de las gargantas corsas,
su canto que eriza la bruta sangre atrapada en su piel.

¡Danza gitanilla!

¡Danza como el tiempo que no pasa,

al ritmo del cante!