jueves, 4 de marzo de 2010

FUERZA CHILE!!!!







DE NUEVO MAÑANA

El espíritu de Dios anda suelto por la costa maulina y sacudió sus cimientos hasta hacer brotar lágrimas de las rocas más duras a las orillas de la mar. Este, se quiso escapar hacia los cerros en su bano afań, bramó de madrugada junto a los infantes y los ancianos, soberbio se encaramó en las casas, se aferro a los árboles y sucumbió a las alturas. Como una madre herida, la tierra agitó sus brazos y su cuerpo entero, sacudiendose los versos y las palabras para transformarlas en desprecio, llantos y quejidos. La larga columna salada encabritada una y otra vez se azotó contra los cuerpos dormidos de mi gente y los elevó al cielo o los enterró junto a los muros y los maderos que ahora son parte de la arena.
Los ojos se cansaron de llorar y las bocas callaron lo que a gritos querían decir cuando su vida se confundió con el mar. Muchos se fueron con las olas, otros simplemente se enterraron bajos sus casas sin poder llorar. Lloro por Iloca. Lloro por mi Caleta Llico, lloro por San Pedro su patrono, que se fue con los brazos abiertos de impotencia ante sus barcarolas hecho añicos. Lloro a escondidas para no aumentar el caudal de la misma mar. Mañana recogeré mis manos y mi voluntad de amar. Mañana tomaré mis pasos y retornaré a mi ánimo para avanzar. Mañana tomaré el aire nuevo y volveré a respirar para estar contigo amigo, hombre de mar. Mañana saldrá la luna y volveremos a descansar. Mañana empieza la vida con agua de cielo y mar. Mañana el hombre vuelve a comenzar.
El espíritu suelto de Dios, tomó los píes del agua y lo arrastró a su lecho de mar. El agua nos limpio el alma, lavó nuestros ojos, limpió nuestras manos para que volvamos a la tierra que nos dá nuestro pan. Para que saquemos del mismo mar, el sustento diario que nos hará poco a poco levantar ese templo propio que llamamos casa, reducto familiar y que guarda nuestras plegarias diarias cuando queremos a Dios alabar.

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