
LA PATRIA.
Recojamos de las ventiscas los sinsabores de la llovizna y de las oscuras avenidas, las sombras luminosas de la patria mía. Somos destemplados en la tierra de rincones, de costas innumerables. Como barcas sin muelles vagamos en la niebla de Londres, nos golpeamos una y otra vez en la muralla de Berlín. Somos saltimbanqui en Ámsterdam, músico en París.
Nada me desplaza de la memoria, los recovecos de las casas apiladas en los cerros, los tendederos de ventanas, del ladrido de los perros. Nada se parece a Cartagena, al mercado. No sé pa’ que me fui. Mi casa se desplaza en las vidrieras de rascacielos en los mosaicos de Brasilia. Nada se parece a mi familia. Me derrito por estepas africanas y me pierdo entre los desiertos de Australia. Mañana me vuelvo a mi Patria.
Pedazo de cielo inmaculado, cordillera albina de pecado. Mar…oloroso de pasado. Caminos de trumao, sombra fresca de los sauces, tierra roja y gredosa me quedé a ti pegado. Me llueve en invierno aún estando enclaustrado. Me moja la pasión del mapuche enraizado, el pescador caletero, el pirquinero, el vendedor del pascado ahumado. La señora de la esquina, el puesto de la parafina, los chiquillos reventando pelotas en la pared de la vecina, el abuelo leyendo el diario de portadas coloridas y en pelotas. Me falta el aire señorial de los políticos mascotas y las gafas de las señoras que esconden la mirada clínica.
Me volveré a las veredas levantadas
por las raíces de los álamos,
a los puestos de mote con huesillos,
a las empanadas del camino,
a los partidos de provincia,
a colgarme de los micros.
Volveré a mi patria oculta de uvas moradas.
Volveré a levantar la pala
y la mezcla de concreto,
para edificar futuro de doce pisos.
Volveré a tirar con yunta los botes de caleta Llico,
volveré al pescado frito.
A los olores de mi patio entierrado,
al barrido de la escoba de mi vieja,
a las lentejas en año nuevo,
a gritar en los estadios por el equipo de los cuicos,
Volveré al cementerio a llorar mis seres queridos.
Volveré mañana mismo a despertar de este delirio,
por que jamás nunca, de la patria he salido.
Chile me tiene atrapado de las vísceras,
del tuétano, por las barbas como dice mi abuelo.
Nunca he salido de mi patria,
por que la patria está el aire de mis pulmones,
en la sangre de mis venas.
Mi patria.
Mi patria eres tú,
abuelo encorvado.
Mi patria es la familia,
es la nieta crespa y la desordenada.
Mi patria la llevo toda
como la piel pegada al cuerpo.
Es como la suegra en el mes de enero.
Es mi mujer,
mi mujer la del pelo negro.
Esta es mi patria
y por eso…
la quiero.
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