Las tradiciones o costumbres tanto familiares como nacionales, se acentúan en dos instancias muy determinadas; fiestas patrias y vacaciones de verano. Precisamente en vacaciones de verano he probado las mejores empanadas y el mejor pastel de choclo conocido. En horno de barro y con mucho cariño se pelaron choclos y se picaron las cebollas. Las manos expertas de mi esposa, María Eugenia y la esposa de Pedro Córdova mi compadre, se esmeraron en realizar un pastel de este porte, dorado como los cerros del Radal salio de entre las ramas ardientes. Las caritas sonrosadas de los comensales, adornaban una mesa larga de alegría y sabores. Pedro se soplaba los dedos mientras las damas de cocina se preparaban un ponche de frutillas dulce y natural. Se dió el vamos a los amarillentos platos y por arte de magia, se callaron las voces de los gilgueros. De pronto un
¡salud compadre! Dijo Pedro. Levanté mi vaso plástico y le sonreí agradecido a mi mujer.
El horno de barro gritaba de impaciencia, se sacudieron los ladrillos y se tiraron las empanadas. Más de una cincuentena de ellas sucumbieron entre los comentarios. El fuego había penetrado en nuestros espíritus y las mejillas de nuestras esposas delataban su conformidad. Con su esfuerzo y dedicación, con su amor incondicional, siempre se ganaron nuestro reconocimiento, así me lo dijo Pedro. Así se lo comente yo. Recordar las costumbres, recordarte en el infinito, es decir te quiero. ¡Salud María Eugenia!

Siempre amante de tu familia y tu tierra, como algodón absorves detalles de segundos en el tiempo... escuché un nombre hace muchos años... un nombre que se dibujó en mi pensamiento. Sin pensarlo siquiera, llegó diferente en una página popular de este milenio.
ResponderEliminarLuis... suena distinto, particular y en nada igual al reflejo pintado de los cuentos.
Luis... esposo ejemplar, padre espectacular, abuelo preocupado y chocho... amigo necesario al alma, tío que se pega en corazones pequeños como la lapa a las rocas tantas veces observadas por esos ojos que ven màs allá de la piel, la carne y el espejo.
Luis... poeta de su tierra, la familia y los amigos.