PLANIFICAR, ORDENAR, ACTUAR EN CONJUNTO.
1. Disciplina que
estudia y expone, de acuerdo con determinados principios y métodos, los
acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo pasado y que constituyen el
desarrollo de la humanidad desde sus orígenes hasta el momento presente.
2.
2. Conjunto de estos acontecimientos y hechos, especialmente los vividos
por una persona, por un grupo o por los miembros de una comunidad social.
Nuestra historia tiene sus registros y, cada cierto tiempo
salen a la luz escritos o ensayos, novelas y episodios secretos de la historia.
Muchos son mitos y otros registros pertenecen a familias con parientes que
participaron directamente en algunas de las
escaramuzas militares, de nuestra historia. La probabilidad de la certeza de
estos registros se cuestiona por unos y otros, pero lo cierto es que, nuestro
mundo cognitivo, asimila estos hechos y los lleva al sitial de lo fantástico,
de lo heroico, de lo maravilloso de tener estos antecedentes. Nada cambia en lo
sustancial, solo a unos pocos les proporcionara una débil luz que los mantendrá
entusiasmado en la crítica oral y escrita. Nada más.
Además de nuestra historia, todos los países registran
episodios notables de resistencia y unidad. Y allí, la historia nos marca el
futuro y aquellos acontecimientos tan lejanos nos muestran el camino y
determinan el accionar de las autoridades de gobierno en el mundo. Actuar en
conjunto, unificar criterios, ordenar prioridades y planificar costos
materiales y humanos, es una responsabilidad que quedara en la historia, ya sea
por el éxito o por el fracaso. Donde la segunda opción, siempre es la menos
resultante.
Es esencial unir criterios en la planificación del futuro.
Un episodio que nos alumbrara la toma de las decisiones
futuras, se manifestó en la primera guerra mundial, en la recuperación del
puente de Arnhem, en Holanda, por parte del ejército alemán. Luego el desalojo
de grupos islámicos en las ciudades de Mosul y Al Raga.
Pero en este caso en particular la causa del fracaso fue la
mentalidad detrás de la planificación, una mezcla de ingenuidad, arrogancia,
euforia de victoria y muchos otros aspectos que llevaron a hacer asunciones
erróneas.
Desde los tiempos de Federico II El Grande (siglo XVIII) el
ejército alemán tenía la consigna de no esperar órdenes, sino que reaccionar
rápido. Al contrario de que el ejército británico que siempre estaba esperando
órdenes. Marchar al son de los disparos era la orden de Federico el Grande al
ejército prusiano y eso es lo que pasó en Arnhem. (Recuperación del puente
de Arnhem por los alemanes) Se actuó, por parte de los alemanes, en
razón de los acontecimientos.

Los resultados de nuestra conducta soberbia, arrogante y eufórica,
muchas veces nos conduce a decisiones erróneas. Dramáticas.
¿Cómo va a ser la guerra en un futuro cercano?
Va a ser en esencia una guerra urbana, no solo en casos como
los de Mosul o Al Raqa. (Fuerzas aliadas actuaron en conjunto
para derrotar al movimiento islámico) Hay un cambio fundamental en
los ejércitos, ahora son más pequeños. No tienen suficientes tropas como para
crear un frente. No podrían defender las fronteras de un país contra un ataque.
Así que el lugar estratégico cada vez más, va a ser las ciudades y sobre todo
las capitales. Y va a ser horrible, increíblemente espantosas. Ya lo hemos
visto en Stalingrado, Manila, en Berlín. Las peores batallas de la segunda
guerra mundial tuvieron lugar en las ciudades. Es el futuro. Hasta el ejército
suizo se está preparando para la guerra urbana.
No nos aprontemos a los horrores de la guerra urbana.
La crueldad es innecesaria para la condición humana.
La tecnología es otra área por la que preocuparse. Los
países sin moralidad están preparados para tener armas automáticas que tomaran
sus propias decisiones sobre matar o no. Los vehículos blindados sin conductor
en el futuro reaccionaran de inmediato ante cualquier amenaza sin ningún tipo
de decisión humana detrás. Pensándolo de esta manera, creo que es un futuro
bastante aterrador.
Se transformaran los héroes humanos o actos heroicos en una
verdadera matanza sin control. De esta manera iremos perdiendo lo poco de
humano que nos queda. Pues ya estamos removiendo memoriales, estatuas,
exhumando restos desde las tumbas históricas. Lo mejor es dejarlos así como
están, con propósitos educativos. La moda de quitar cualquier monumento que
odias por motivos políticos, ya sea la esclavitud o el fascismo, es un error.
Si es necesario podemos moverlos, porque quizás no los quieras en el centro de
una plaza mayor de tu ciudad, pero no hay porque destruirlos. Intentar imponer
nuestra moral de a un periodo anterior es analfabeto desde el punto de vista
histórico. Lo importante es entender ese periodo, no justificarlo o perdonarlo.
Se trata simplemente la forma en que las personas se comportaron en el pasado.
Como se ha dicho tantas veces, el deber de un historiador es comprender y
trasmitir esta comprensión a los lectores y, que ellos saquen sus propias
conclusiones.
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