SUBLIMINALES
Un mensaje subliminal es
un mensaje o señal diseñada para pasar por debajo (sub) de los límites
(liminal) normales de percepción.
Siempre hay temas atrayentes, que se transforman en
comentarios y análisis colectivos en todas las esferas comunicacionales y
aparecen personajes doctos dando su impresión
o sugerencias para
explicar la conducta humana. Por estos días está en la retina de la sociedad,
la migración. Fenómeno mundial o movimiento de las personas de un país a otro,
en busca de nuevas posibilidades económicas que sustenten una mejor calidad de
vida. Podemos oponernos a la migración como legítimo derecho, pero hay
documentos con letra explicita a que se debe proteger la libertad de expresión
y de cómo el Estado tiene derecho soberano a determinarse sobre políticas
migratorias.
Todo esto por
las declaraciones de nuestra autoridad en la Organización de las Naciones
Unidas, ONU. Donde menciona el apoyo a un pacto migratorio multilateral, que
expresamente salvaguardaba las decisiones internas del Estado y que significaba
un avance para la convivencia y los desafíos del futuro.
Pero no todo es
tan hermoso al iris del escrutinio de algunos intereses. Bastó una voz con
cierta inquina hacia los migrantes, para que este discurso cambiara drásticamente
y se convirtiera en una amenaza;” alguien
muy malo quiere decidir por nosotros y dejar entrar al enemigo; nosotros les
hemos dado un portazo pensando en ustedes.”
En la otra
esquina, un personaje de cuestionada participación política, declara sin mucho
de consciente, que el país está lleno de extranjeros y son los responsables del
aumento de tasas de enfermedades contagiosas, porque son portadores del SIDA y
elevan las cifras de extranjeros, en nuestro país, a casi un millón de
individuos, mientras que la realidad es solo un 4% de la población.

De una manera
increíble, todo el sentimentalismo exhibido por imágenes de profundo
dramatismo, se esfuma. Estos señores que profesan una fe que a mi entender
tiene como eje el procurar el alivio del más desposeído y ayudar a los que
sufren, olvidan ese aspecto de su religiosidad con la que suelen argumentar
muchas de sus decisiones y apuntan a la migración como el gran enemigo que
acecha. Esto se llama simplemente xenofobia,
es decir odio al extranjero, pero hoy lo llamamos aporofobia, y su significado
viene a ser odio al pobre o miedo a la
pobreza. Algunos con sentido estrictamente político apretaron el botón de
pánico y azuzaron la paranoia para elevar las banderas del odio.

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