Las escuelas son las mejores instancias para desarrollar nuestras tradiciones y danzas folclóricas. Esto implica entre otras cosas, la participación de la familia y interacción con los miembros de la comunidad. Los bailes y danzas folclóricas permiten fomentar la tolerancia, respeto y la aceptación del uno por el otro. Así, desde los inicios de la escolaridad, los alumnos pueden compartir situaciones y experiencias que los llevarán a respetar e interpretar nuestras expresiones más representativas, como asi mismo asimilar la música, la vestimenta y la intencionalidad del colorido que demande cada cuadro representado.
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