jueves, 3 de julio de 2014

POETAS v/s "PUETAS"



                                     REFLEXIONES



Luis Muñoz C.
La primera vez que relacionaron mis escritos difundidos en EL DIARIO, EL DESPERTAR DE LONTUE, como pertenecientes a un poeta popular, mi alegría fue contenida con disimulo y sentía la integración a ese mundo tan oscuro e indescifrable de los poetas, y a la vez, orgulloso de aportar algo tan sencillo como son las letras al mundo cultural tan difuso y tan extenso, aunque sea a nivel provinciano. Una satisfacción por lo realizado y una esperanza viva para lo postergado, se anidaba en mi pecho por los cumplidos que allí se mencionaban.
¡Poeta popular!
Definitivamente, es un cumplido y debo reconocer que me siento satisfecho de tal merecimiento. Sin embargo, no es mi dedicación la poesía, ni tampoco escribir tiempo completo. Además, mis escritos no tienen ninguna regla, ninguna impronta en su realización, cero simetría, nada de sonetos, nada de décimas. Mis escritos son tan simples como eso, como la escritura que tiene toda la intención de decir algo. De transmitir lo que siento, lo que puedo ver y lo que tengo. Mi inspiración proviene de los querer a la naturaleza, a la familia. Quizás sea la forma más sencilla y velada de agradecer los beneficios de esta vida tan mía y tan sencilla. Escribir me libera, pues es la intención primaria de Dios, usar el libre albedrío, en lo que siento, en lo que hago y en lo que digo. Mis escritos no tienen que encandilar, no tienen que ser baluarte de nada, no tienen que ser el muro de las criticas. Mis escritos deben ser la espada que corte la monotonía, la que derrumbe portafolios, la que se lea con vergüenza por no decirlo antes. Mis escritos son como las hojas de otoño, vuelan con el viento, solo cuando están maduras. Es como el canto de las aves en el bosque, solo cantan, aún estando solas.

Para aquellos que adornaron mis escritos con los términos «poeta popular», vayan mis mejores deseos de gratitud por enaltecer mi nombre y colocarlo a la altura de los que, poetas son de verdad. Y precisamente a estos, decirles que acepten mis disculpas por invadir su mundo sin quererlo.



Poeta popular, "pueta", cantautor
Hasta donde yo sé la poesía popular se ha tomado como un objeto distinto de la poesía chilena. Se ha respetado más bien de un modo antropológico o bien hallar en ella una autenticidad que otras manifestaciones del hombre no estarían en condiciones de ofrecer. Ha sido cuestión más de folclorólogos que de poetas. Es cierto que los poetas populares proceden a partir de presupuestos diferentes . Unos trabajan con repertorios establecidos y los otros con la libertad de elegir sus modelos, sus imágenes, su métrica. No me parece que esta distinción justifique los conductos separados en que transitan ambas manifestaciones de la vocación poética. Tendría que agregar que en el ejercicio de la poesía, tienen la mayor parte de las veces una acción benéfica generando una especie de liberación de la conciencia. Lo que si distingue de un modo estructural a ambas modalidades es el hecho que la poesía de los «puetas» está principalmente para ser cantada, lo que ha dejado en segundo plano su existencia como escritura, como parte de la expresión de la oral. Hay libros estimulantes, carentes de los embelecos paternalistas que tantas veces vuelven a lo popular un antipático ariete de ideologías.
 Los poemas .... son muy sorprendentes, no por que sean populares, no por que hayan sido elaborados por un campesino, si no por la clara objetividad de su lenguaje, no intenta ser poético sino que discurre con la naturalidad de una conversación indeterminada. Me da la impresión de que cuando se produce la poesía de un texto es más o menos el mismo donde quiera que estemos en el tiempo o en el espacio. O bien que la poesía se deja entender a pesar de los obstáculos de los distintos idiomas, de los países lejanos, de las costumbres tan difíciles de comprender.
Pensemos en lo que sería nuestro imaginario, de nuestro capital simbólico, sin los grandes personajes que la literatura nos ha brindado, nuestro mundo sería mucho más pobre y nuestra experiencia vital, mucho más solitaria, ininteligible y plana. la grandeza de la literatura es que nos ofrece una red de posibilidades y ese entramado simbólico nos permite no vivir mejor, sino sencillamente vivir. De allí a pensar que la de crear objetos de lenguaje - historias, poemas, representaciones teatrales es una función tan vital como la de crear tecnología. El lector se carga de emotividad y muchos personajes literarios han perdurado más que los de carne y hueso. Muchos de los escritores lo han hecho para indagar, ahondar y completar la experiencia estética de la lectura. La lectura nos revela otros mundos y se agregan a la memoria lingüística otras frases, otras imágenes.









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