SERVILISMO
Siempre
vamos a repudiar aquellas conductas rastreras, mojigatas y de humillación. Los
hombres en su fuero interno, pretenden ser libres, sin ataduras, nada que nos
ligue o nos obligue a realizar aquello que no queremos y por lo tanto, también
repudiamos el actuar de las personas que someten a los demás de hecho y de forma.
Aparentemente
las sociedades, todas se han dividido en, sometidos y sometedores. Otros lo
entenderán como empleados y patrones, también como esclavos, lacayos, siervos y
todos, cumplirán los mandatos de sus señores con premura y temor de equivocar.
Más aún, algunos se desprenderán de su dignidad, de su hombría y hasta de su
voluntad por servir.

El servil busca como enriquecerse a la sombra de su amo. Cuando el amo cae en desgracia, este huye como rata y busca otro, para su sostén y refugio. Eso, en los tiempos pasados.

El servil busca como enriquecerse a la sombra de su amo. Cuando el amo cae en desgracia, este huye como rata y busca otro, para su sostén y refugio. Eso, en los tiempos pasados.
Hasta
en los tiempos modernos, desde la industrialización y la mecanización, se
vislumbran sesgos de servilismo, de sometimiento por la falta de amparo,
protección y cooperación. También por la inseguridad de aportar y cubrir las
necesidades básicas de la familia, la cual, antaño, eran numerosas las bocas
que alimentar. Muchos se revelaron y murieron. Otros por el mismo efecto,
perdieron sus familias y partes de sus cuerpos; dedos, pies, ojos, orejas,
incluso manos en ese intento de independencia espiritual. Y digo espiritual,
porque desconozco esa fuerza interior que nos impele a rescatar de las manos
ajenas, nuestra propia libertad. Todo esto hasta que afloraron en el viento
seco, palabras que se atesoraron en el crisol nortino. Allí nacieron palabras
como la mancomunión, grupos cooperativos, participación, colaboración,
sindicatos y otras. Por este hecho, nacieron los líderes con estilos de
participación, de dirección y en lugar de servir, se transformaron en personas
capaces de aportar soluciones creativas y constructivas
El servilismo. El servil tiene caras, es una entidad humana
que posee una conducta de acuerdo a su posición jerárquica. Por un lado es
incondicional a su jefe y por el otro lado, es déspota, grosero con los de su
grupo. Se humilla ante su superior y también es capaz de humillar a quienes de
él dependen. Es un ser que se desprecia a sí mismo, por su falta de hombría y
dignidad.
Hubo un periodo en que los sindicatos resguardaban los
intereses de los trabajadores. Existían los líderes en casi todos los niveles y
áreas productivas del país. Independiente de las dificultades que se produjeran
por la falta de conciencia y eficacia en algunos procederes, estas
organizaciones reivindicaron los derechos de los trabajadores. Mucho se podrá
decir de este periodo de un lado o del otro, pero nadie puede desconocer, el
valor que adquirieron aquellas organizaciones al devolverles la dignidad a las
personas.
Hasta que apareció la entidad servil en toda su majestuosidad, encarnada en la persona más cercana al jefe de gobierno. Como todo servil, cambió de postura rápidamente a su nuevo jefe, el poder. Siendo más cruel y corrupto. Más humillante y descarnado. Más grosero y déspota. Más temido y ostentoso de su posición. Sabedor de estas conductas en este tipo de personas, traicioneras, arteras y dispuestas a vender su dignidad, fue certeramente calificado como “el general rastrero”.
Hasta que apareció la entidad servil en toda su majestuosidad, encarnada en la persona más cercana al jefe de gobierno. Como todo servil, cambió de postura rápidamente a su nuevo jefe, el poder. Siendo más cruel y corrupto. Más humillante y descarnado. Más grosero y déspota. Más temido y ostentoso de su posición. Sabedor de estas conductas en este tipo de personas, traicioneras, arteras y dispuestas a vender su dignidad, fue certeramente calificado como “el general rastrero”.
Durante años los
tiempos fueron oscuros, dolorosos, inseguros para muchos, con cómplices
pasivos, cientos y miles de evidencias calladas, el pueblo soportaba de nuevo,
la humillación, el escarnio y pisoteados sus derechos más elementales mediante
la prohibición y la proscripción de instituciones que resguardaban y
garantizaban la seguridad laboral y por anastomosis, la seguridad social.
Los gobiernos
posteriores a la deposición de la dictadura, están en deuda con el
sindicalismo, con las organizaciones laborales, las cooperativas agrícolas,
organizaciones campesinas y otras instancias que permitan, no solo reivindicar
los derechos de todos, si no también promover el verdadero cooperativismo que
les permita un desarrollo más armónico con la realidad. El sector agrícola,
carece de los apoyos tecnológicos para el incentivo productivo. Entonces, la
tarea por realizar en este y en los siguientes gobiernos será, la verdadera
preocupación de los sectores agrícolas a lo largo y ancho de nuestro país y
dejar de ser el siervo de la tierra.
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