domingo, 21 de mayo de 2017

SINÓNIMOS EN DISCORDIA



Luis Muñoz C.






     LA PALABRA CORRECTA




Aún no encuentro la palabra adecuada para expresar o definir ciertas situaciones que se manejan en los medios escritos y visuales; léase diarios y televisión. Desde hace algún tiempo la prensa ha divulgado sutilmente ciertas noticias o artículos con respecto a cuan felices somos, Santiago como una de las mejores ciudades para vivir, el ascenso de los turistas por nuestro país, personas plenamente desarrolladas en sus trabajos, el alza de los viajes al exterior, las campañas de forestación entre otras. Sin embargo las más significativas se dieron recientemente derivadas de las marchas por las AFP. Donde el señor Piñera, creador de este actual sistema de pensiones, menciona los montos percibidos de los cotizantes al final de un periodo. Seiscientos cincuenta mil pesos en promedio los jubilados (¿?) sobre la marcha, semanas después aparece un nuevo artículo con relación a los sueldos de los trabajadores; incremento de un 6% lo que acredita un sueldo de 550,000 mil pesos promedio. (¿?)
La palabra en cuestión, podría ser INFLUIR O INFLUENCIAR. La pregunta sería ¿A quiénes queremos influenciar? o ¿Sobre qué tema queremos influenciar por medio de los periódicos? ¿Es nuestro país la maravilla de la zona americana? No se inquiete, pues hay varias acepciones para la palabra influir o influenciar. He aquí las siguientes y por las cuales, mis dudas en la selección correcta. Arrobar, embriagar, pignorar, venderse, enloquecer, alienar, trastornarse, desatinar chiflarse, desequilibrarse. Para los efectos en cuestión, cualquier de ellas, tendrá el mismo resultado en los lectores y en aquellos que se dejan influenciar por los comentarios de los demás. Alejarnos de la realidad. Conformarnos en el silencio. Postergar nuestras aspiraciones. Vivir como nos quieren hacer vivir. Medicados por el aparato de propaganda masiva gubernamental. Las apariencias son engañosas, manejadas al arbitrio. Nos quieren hacer creer que todo marcha sobre ruedas y la realidad se cuestiona con las estadísticas. Hay marchas de protestas, denuncias, inconformidad, desazón e inseguridad. 
¿Entonces, que nos quieren hacer creer?
¿Qué las políticas de gobiernos son acertadas?
¿Qué la justicia actúa en consecuencia a cada acto delictual?
¿Qué los honorables son la clase social de los intocables?
¿Qué todos los empresarios se pueden coludir para esquilmar a los usuarios?
¿Qué los dirigentes o autoridades se pueden arrancar del país sin ser cuestionados?
¿Qué podemos agotar nuestros recursos naturales en beneficio de unos pocos señores pudientes?

¿Qué podemos levantar edificios, represas, carreteras, metiéndose las ordenanzas al bolsillo?
¿Qué la distribución del parque automotriz no nos afecta en lo social, ambiental, ni en la salud?
                        Tal vez tenemos el síndrome del paciente inglés o tal vez, es demasiado tarde y terminaron por idiotizarnos. Tal vez, yo me equivoque en la palabra correcta para este caso. Tal vez, no sé.

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