FRIGANISMO. FREEGAN
Los freegans abogan por la
comunidad, la generosidad, la conciencia social, la cooperación y el compartir
en oposición a la sociedad basada en el materialismo, la apatía, la
competición, la conformidad y la codicia.
Razones de sobra para optar por otras
alternativas, aun considerando que estas pudiesen ser, no del todo aceptables.
Habría reparos por cierto.
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Se denomina
freegan a la gente que emplea estrategias alternativas para vivir, basadas en
una participación limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo
de recursos.
El significado de las cosas es difícil para el
común de las personas, pues la mayoría piensa, discute y propone sin muchos
argumentos, pero aun así son aceptables sus aprehensiones. La historia de los
gobiernos, al menos en nuestros casos, han sido gobiernos capitalistas,
inclinados mayoritariamente a las políticas económicas de favor a las empresas.
Cuidando intereses de consorcios e inversiones extranjeras. Quedando un tanto,
por no decir mucho, relegado el interés de los sectores medios y que a la
postre son solamente dos; trabajo y trabajo bien remunerado. Los otros
intereses sociales vienen por añadidura.
Considerando que todo está referido a los
dineros circulantes, a escalas estratosféricas y a escala de pesos en los
bolsillos de los asalariados, el dinero lo poseen los capitalistas y que ello,
corresponde al mínimo de la población total. Si bien es cierto en todo el mundo
existe la desigualdad económica, no es menos cierto, que la mayoría de las personas
trabaja y las ganancias no están todo lo equilibradas que quisiéramos. Donde
más se sufre esta desigualdad, casi al nivel de submundo, son los sectores
agrícolas y los estratos poblacionales. Realizando faenas de apenas despuntar
el día, hasta más allá de donde se pone el sol. Y los dividendos son miserables
después de pagar créditos, préstamos e insumos. Los otros, comen al día lo que
la suerte les depara. He aquí una de las grandes barbaridades de nuestra
sociedad capitalista y también de la abismante irracionalidad de nuestros
pares. Todos los días se vacían a la basura, toneladas de comida, ya sea por
los supermercados, los restaurantes, los casinos de empresas y hasta en nuestros
domicilios, se bota lo que no consumimos. Pero, ¡¡son restos!! Dirán ustedes.
Toda la razón. ¡¡Basura!! Cierto. Si lo miramos al prisma de la economía, es
plata perdida. ¿Sigue dándole vuelta al tema?
Considere lo siguiente. En nuestro país existe
una organización que reúne las mermas de ciertos locales y los distribuye en
hogares de ancianos y hogares de menores. En Estados Unidos, los freegan, viven
de la calle, sin mayores dificultades y forman grandes comunidades en las
principales ciudades norteamericanas. El objetivo es simple, evitar el
consumismo, favorecer el reciclaje, reutilizar los alimentos desperdiciados por
empresas y restaurantes. Brasil, Argentina, España, Corea, Suiza, Estonia son
algunos de los países donde se concentran los partidarios del friganismo.
En esta práctica los fines son políticos más que la necesidad personal
o pobreza. Están contra el consumismo industrial. Piensan que de esta manera
ayudan al medio ambiente, protegen sus recursos animales y vegetales. Evitan el
desperdicio y fomentan a través de sus acciones la solidaridad, el compartir
espacios donde se puedan crear jardines
cultivables, el auto como transporte colectivo, el
préstamo de bicicletas y otras formas más amigables de compartir nuestro medio
ambiente.
Hoy, hay grandes movilizaciones en resguardo
de los recursos naturales. Así mismo, el cuidado del medio ambiente en general,
tan deteriorado por el monstruoso desarrollo industrial, está supeditado a las
personas que realizan este tipo de conductas. No esperemos que los industriales
tomen conciencia y depongan sus afanes de exterminar los recursos naturales,
incluyendo al hombre, entre ellos. Si pusiéramos un mínimo de conciencia medio
ambientalista, quizás podríamos aceptar ciertas conductas para facilitar el
friganismos. Como clasificar los deshechos domiciliarios, regalar los zapatos,
vestuario no utilizado, aparatos eléctricos en desuso, eliminar paulatinamente
el plástico de nuestras casas. Ordenar los depósitos de basura o contenedores.
Existen miles de formas de ayudar al planeta. Solo necesitamos que practique
una de ellas. Tal vez no el friganismo, que suele
percibirse como conducta tabú en la mayoría de los países desarrollados, y por
ello, sus practicantes se conciben como socialmente inaceptables.
Atrévase. Más que perder, ganamos
existencialismo.