MALA EDUCACIÓN O DESCONSIDERACIÓN
Luis Muñoz C.
Profesor Educ. General Básica
La conducta social de la comunidad, como comportamiento, en el trato de la pandemia que nos afecta desde hace tanto tiempo, parece que nos tendrá preocupados por mucho tiempo más. Las razones son muy singulares, para los que analizan los números, las estadísticas y los comportamientos de las masas. Esto se ve más dificultoso de acuerdo a sus necesidades básicas y, a los efectos de la oferta y la demanda, en el plano estrictamente económico;
Razones
1.- Somos eminentemente consumidores compulsivos.
2.- Somos particularmente desordenados en ahorro y selección de prioridades.
3.- Somos, por un legado de políticas de estado, poseedores una mala educación
sistemática y, una falta de valores y principios intra familiares.
La
convulsión en la que se encuentra nuestro país es alarmantemente
crítica. Las medidas adoptadas no resuelven el problema. Tanto el
Gobierno, como el Ministerio de Salud, se desorientan con las cifras
de contagios y fallecimientos que se mencionan a diario(mas
de 24.000 contagios solo en 3 días)
y las recomendaciones dadas, aparentemente no son respetadas por los
ciudadanos comunes. Es decir, disminuir la movilidad, reducir el
distanciamiento social, uso de mascarillas de forma adecuada y
constante, lavado de manos en toda instancia, más los elementos de
higiene recomendados, no está cumpliendo la efectividad que debería.
Todo esto por el desplazamiento de las personas a los supermercados,
ferias libres, almacenes de barrio, fiestas clandestinas, salidas
vacacionales, trámites bancarios, notariales, de salud, trabajos,
movilización colectiva y el uso del metro. ¿Qué hace que estas
medidas no se lleven a cabo en consciente colectivo?
Tal vez la respuesta más sencilla derive en que somos porfiados, alarmistas, irrespetuosos, inconscientes, indolentes y supra individualistas. Es verdad. Nos importa poco el prójimo. Tenemos una coraza alrededor de los nuestros. Así, los contagios aumentan a diario.
Por contra parte, nuevas las
medidas anunciadas, provocan una avalancha de personas en los
establecimientos de primera necesidad, licorerías, farmacias,
panaderías y otros. Descuidando todas las medidas de protección
social. De verdad se echa de menos la capacidad de organización para
estos menesteres. Existen plazos, días, horarios diferenciados,
aforo, fiscalización para ordenar un poco la situación, pero….
Los contagios aumentan a diario.
Lo
más grave, está en lo que respecta a normas de educación, de
urbanización y desarrollo comunitario. Nuestro comportamiento
social, nuestra desconsideración, nos refleja como mal educados en
todo sentido; lenguaje, mal trato, gestos obscenos, comportamiento
rebelde, atolondrado y desafiante. De esta forma, toda normativa se
viene abajo y creamos el caos absoluto. Lo que ocurre ahora. Todos
quieren prioridad. En realidad, sí. Todos queremos la prioridad,
pero en este momento, la prioridad absoluta y reinante, debe ser, el
auto cuidado. La buena Educación.
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