viernes, 10 de mayo de 2013

POEMAS ENTRE GREDAS

Si escudriñamos la tierra con esmero y dedicación, no sería extraño una nueva revelación. Entonces el hombre ordena las piedras y las tranforma en poemas o en una canción de amor.
Así pasó en Pomaire, en Atacama y en Lontué. Removí en silencio el polvo de las riveras y me encontré estos poemas como un milagro de la tierra.

PÁJAROS DE GREDA


Formando una redondela
en el callejón de la casa
las manitas trabajan como masa
la tierra, el agua y el balde de la abuela.

Dijo que eran pájaros
como los que hacía la abuela
pero estos no vuelan
por que son de agua y tierra.

Se los llevó a casa
en el aire, con delicadeza
y a su madre darle una sorpresa
con sus aves de agua y tierra.

Se durmió tranquilo
soñó emprender el vuelo
con alas de plata cruzando el cielo
con sus pájaros de agua y tierra.

Despertó a las caricias de su madre
y sonriendo con ternura
le mostró sobre la mesa
coloreadas las aves de agua y tierra.

¡Madre, hiciste un milagro
con los pájaros de greda!
Solo que vuelen queda
para que se conjugue todo.

¡Ve mi niño hermoso!
Despiértalos de su ilusión
y tíralos al viento como una bendición
¡Dios es maravilloso!

Atendiendo a la alegría
de la madre y de su niño
del cielo bajó un brillo
permitiendo el vuelo a la fantasía
de agua y tierra.






GREDA DE POMAIRE



Figuras de greda a la intemperie,
se deshacen con el agua fría.
Con la brisa impetuosa,
con la mano artera derrota su alma cobriza.
Figuras de cuerpo blando en estanterías viejas,
te modelan, te deshonran en colores
que desplazan a tus piedras.

Greda, hija de la madre tierra,
de entrañas de monte nativo,
no pierdas en el remolino tu figura añil,
tu porte altivo.
Herida por las manos de Pomaire,
te quedaste en el fondo de un jarrón,
a orillas de las hierbas verdes,
como adornos de portón.

Allende los Andes,
modelada con los pasos del nativo,
por lluvia y el rocío.
Hoy rendida en las manos de las doncellas,
eres igual que un crío.
Tierna figura de greda
te encaminas hacia los portales,
como insigne figura milenaria.

Diste vida a la fauna inquieta,
a los pasteles de choclo,

a las tinajas de Pomaire.
Desde el fondo de la tierra
te asomaste cual virtud
para darle vida y tiempo a mi gente
que te abraza con gratitud.

Mis manos en la tierra


Mis manos en la tierra lloraron agua santa
y modelando quisiera retratar las palabras
en figuras de bestias, hombres y cosas mundanas.





Viajando en el tiempo de pueblos de altura
la greda fue mi abrigo y mi cama, y al calor
de la Pachamama he dormido sin quererlo.
modelan la arcilla vieja
                 


    Cubierta de piedras rojas me llevaron al mesón
     y entre ruedas, artesanos y fogón, me quitaron
    la furia de monte, cerro, de paisaje con su olor.





que se rinde sin una queja.

     Allegada a los portales, en la mesa y los pesebres
      soy como la sabia del árbol que acompaña la luz      del sol en su largo viaje al interior. Y así comparte morada el hombre y la greda vieja. Rendida a la mano experta, no pronuncia ninguna queja.

                         
                                                                                  



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