lunes, 1 de agosto de 2016

¿QUIENES TEMEN PERDER EL PODER?


¿PREGUNTAS?


Luis Muñoz C.
lontueypoetas.blogspot.cl
losamigosdelontue@hotmail.com

Las siguientes preguntas es muy probable que la mayoría de nosotros se las haga de vez en cuando y, esperando respuestas podemos terminar el año y con toda certeza, las respuestas no serán las que uno quisiera o las que espera de buen agrado. Sin embargo, trataremos de responder lo mejor que se pueda cada una de ellas, antes que las cosas se tornen más oscuras para el gobierno, sus opositores y sus partidarios.



¿Qué se pone en juego cuando se anuncian reformas?
¿Qué se está arriesgando al buscar una mejor educación?
¿Qué se juega con la idea de sindicatos más fuertes?
¿Por qué no se nos concede la idea de un plebiscito?
¿Por qué la imposibilidad de una asamblea constituyente?
¿Podemos realmente cambiar las estructuras votando en las elecciones?
¿Podemos pretender que con el solo voto para elegir autoridades ejerzamos ciudadanía, expresemos lo que sentimos y participemos de establecer las reglas sociales?
¿Cuál es el  temor profundo a una mayor sindicalización que pretende la reforma laboral?
¿Qué pasa si hay algo más de equilibrio en los trabajos entre los trabajadores, entre los empleadores y los empleados?
¿Qué pasara si promocionamos el mérito y el esfuerzo institucional para provocar los cambios?
¿Qué pasa si somos nosotros, directamente, los que a través de un plebiscito votamos por leyes que cambien estructuras?
¿Qué pasa si organizamos una asamblea constituyente y hacemos la Constitución que nosotros queremos?


Primero dejemos en claro que hay personas que tienen miedo. Temor a la organización. Temor a dar explicaciones. Miedo a una ciudadanía informada. Miedo a perder el poder.
En Chile un alto porcentaje de los trabajadores gana hasta 260 mil pesos mensuales. Sera posible que ese trabajador o trabajadora, que apenas puede sobrevivir cada mes, que viaja en transporte público, que de acuerdo a las estadísticas vive lejos de donde trabaja, piense además en un ideal de país. Que participe haciendo ciudadanía. Que se junte en su unidad vecinal para discutir lo que pasa en su barrio y exigirle a su Alcalde soluciones a sus demandas.
Que podemos esperar de un salario mínimo que está fijado por debajo de la línea de pobreza. Donde el sueldo mínimo no alcanza para salir de la pobreza. Ese sueldo exiguo se convierte en vida, es una herramienta de control. Es un desincentivo permanente a hacer país. Es la fórmula para mantener el statu quo. Es el ideal para mantenernos callados en nuestros trabajos y en nuestras casas. Es perfecto para no alcanzar a cuestionarse nada.
Si está esperando una respuesta para cada una de las preguntas, deberíamos manejar el concepto de colectivo, que es mucho más que la fuerza individual. Todo esto nos lleva a una comunidad de personas, pues es allí donde se piensa y se discute el trabajo y lo que queremos de él. En comunidad se mejora el entorno, podemos hablar de lo buscamos de una escuela y que estudiante queremos y necesitamos para nuestro país. En lo colectivo se hace fuerza y presión. También en lo colectivo se hace política.

Por esta misma razón hablar de colectivo, la sociedad, la ciudadanía, la masa, la gente, la calle, el vulgo, el pueblo, los proletas, los obreros, se hace sospechoso. Nos quieren convencer que solo el esfuerzo individual posibilitara cambios sociales, cuando estos son innegablemente de carácter organizacional, masivo. Y…ahí está el peligro de hacer las reformas que nos permitan construir una sociedad civil plena. Porque esto significa perder el poder y reconocer que nosotros también podemos y debemos tomar decisiones. En mi opinión…., ciertos señores no quieren perder el poder

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