domingo, 30 de junio de 2019

LA AMÉRICA DESGARRADA



¡HAY AMÉRICA!


El viejo mundo se despierta de su letargo y a grandes zancadas construye su talento ambicioso. El nuevo mundo despierta con los pies encadenados y sin darse cuenta a rastras destriparon su vientre terrestre.
Ahora, enfermos de esperanzas, el viejo mundo nos devuelve las migajas.



Cuando sus ojos morenos se abrieron al horizonte dejaron de lado el canto de las aves del paraíso, el dulzor de los vegetales y silbido alucinante de las fieras de su jardín. Sus labios gruesos quedaron en una mueca extraña ante los blasones de España. Su tatuada piel se trocó en heridas sangrantes de impotencia ante el abandono de sus dioses. Sus mujeres volvieron a humedecer sus mejillas y a resistirse de parir dolores. Sus costas de azules aguas se tiñeron de banderas y la cálida arena despertó sobresaltada en su día de playa.
Figuras extrañas, alimañas inciertas nacieron de entre las ramas con garras enormes y extensiones de fuego entre las manos. Despojaron el útero de la tierra y sus tesoros se incrustaron para siempre en sus ojos plateados. Desnutrida la América se tambaleaba y con sus mismas tripas se estrangulaba. La selva extraña se retrae hacia los montes y la misma fiera se revela ante la muerte. Un estruendo sacudió el planeta y se alertaron los corazones de las vacilantes conciencias a cientos de años, aún están las heridas abiertas.

¡Hay América!

Tambalean sus pasos sobre la arena húmeda mientras los desgraciados nubarrones se asoman por entre la maleza sangrienta. La misma selva no entiende como a través de su virginal mirada le han arrebatado el verdor de la libertad. Las fieras no son nada comparadas con las extrañas bestias que se apoyan de los gobiernos en tronos de lejanas tierras. Sus naves destempladas atestadas de trapos y máscaras conocidas se preparan para deshojar las flores más tiernas de las nativas. Por entre las lianas se desprenden como colgajos las miradas incrédulas de los que sobrevivieron. Los mañanas son inciertos hasta para las piedras y las aguas otrora tan revueltas solo lavan los cuerpos de las voces, de las palabras que se dicen despreciando la sinceridad. La inocencia pisoteada se revela como arcoíris sobre la brizna de la madrugada. Relucen los brazos fuertes con sus músculos en ristre. La mandíbula batiente se enmudece y ya no entona melodías de sus ancestros solo miran los restos de sus suelos como languidecen bajo las botas de los bucaneros.

¡Hay américa!

Resultado de imagen para conversion de los indigenas en americaComo te has desprendido de tu gente, como has sobrevivido, como añoras el colorido de tus aves y el sonido de tus animales. Como te has mantenido de pie cuando te han desgarrado la piel por la espalda y aun cuando sangras tu dolor es menos cuando piensas en tus dioses naturales que soportan los hedores de una cruel visita embarcada enarbolando sus estandartes. ¿Quién les ha dado fuerza ante nuestro continente sagrado? ¿Acaso estamos en el abandono y no nos hemos dado cuenta? Perdiendo a diario nuestra identidad morena la mezcla es inevitable como tan inevitable será la muerte de los mitos y leyendas que sostienen nuestro pueblo amerindio. Aquellos dioses en la tierra que se multiplicados fueron mutilados por los hábitos de cuentas y los crucifijos, adoptamos el cristianismo de aquellos que lo prendieron a un madero.

¡Sabe Dios qué están haciendo!

Vagando entre atmósferas desconocidas se desprendió la lengua, destrozados los huesos de pies y manos sucumbieron las edificaciones y las jerarquías se esclavizaron en gubernaturas de libros vanos. Dicen ser hermanos, que somos iguales, que la misma tierra nos cobija, que Inti nos entrega energía y la Pachamama nos regala el sustento. Las mentiras son como el viento, frías, despiadadas como el oro en las gargantas que destruyó  al Inca Atahualpa. Hoy recojo las ruinas de los antepasados diseminadas en vitrinas de una América morena muy parecida al paraíso, que es la última promesa que nos queda.



 



























1 comentario:

  1. Una visión crítica de la cruzada de España por el Continente Americano que se suma a otras más descarnadas por historiadores reconocidos.

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