PERO, YA EXISTIERON.
En mi memoria, no retengo las imágenes de los abuelos, tal vez no existieron. Sin embargo, quienes quisieran extender este vínculo sanguíneo en su conocimiento, son los hijos. Cada vez que hojeo un libro, y me entrega sus palabras mudas, pienso en los abuelos que no existieron.
Estaría orgulloso de haber podido calzar sus zapatos, o su sombrero. Vestir su arrugado vestón colgado del espaldar de la silla o, rascarme en su gruesa barba. pero, no existieron.
Él. Moreno, altivo, galán risueño. Ella. Señorial, serena.
Los imagino, por que no existieron, en su cuarto con la victrola, volando en sus alas de viejos, al murmullo de un hermoso bolero.
BOLERO
Lleva
sus brazos hacia el extremo del cielosus
pies pequeños se deslizan en sumiso silencio.
Cuando
tomó su falda para despertar el viento
su
figura maravilló el oscuro cuarto.
No
era un fantasma,
lo
cierto es que ella bailaba
como
bailan las porcelanas
como
las hojas por la brisa de la mañana.
Su
pelo una marea suave
ondeaba
como la vertiente
entre
los berros perfumados.
No
percibí la música
mirándola a ella
entonces en la claridad de las estrellas
mencionó su nombre, Valeria,
mi abuela, encantada,
baila un hermoso bolero.
Ella, baila
un bolero.
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