¿QUE NOS ESTA PASANDO?
A través de mi ventanal divise a lo lejos las luces de colores en el cielo oscuro de la noche ¿fuegos artificiales? Luego estruendos persistentes, tipo descargas. ¿balacera?
Parece natural que nos hayamos enterados por estos medios, de las actividades de distribución de drogas, de los grupos narcotraficantes.
Al respecto no se hace nada, por parte de la autoridades competentes. Por razones muy entendibles, se dispuso “toque de queda”. Restricción a la movilidad de las personas por emergencia sanitaria. No se respeta. No se fiscaliza en todas partes. La ciudad, bulle de actividad después de la hora. Cientos de situaciones contrarias a la normativa de guardar distancia social, usar mascarilla permanente, lavarse las manos con periodicidad, el uso del alcohol gel, no se están llevando a cabo con la rigurosidad requerida. Bueno esto es parte de lo que nos está pasando.
Si bien es cierto, la situación social no es buena, ni las autoridades han dado las respuestas correctas, la conducta general es derechamente contrapuesta a lo que necesitamos. La delincuencia se ha tomado las calles, los barrios y las poblaciones, desafía a las autoridades del orden y el respeto a los derechos civiles. Más allá de todo esto, se han abierto canales de agresividad en el núcleo familiar, las carreteras son un constante peligro, por malas practicas al conducir, se olvidaron de los intermitentes, las bocinas son punta de lanzas para abrirse paso, los adelantamientos son un riesgo para todos, con o sin razón aflora la violencia y los malos tratos de los conductores. La fuerza impera por sobre las buenas practicas.
Seguimos en escalada hacia la aceptación de las cosas y de los sucesos. Si no destruimos, quemamos. Si nos niegan placeres, favores, matamos. Lo que hemos visto por estos días y lo que nos queda por ver, es aberrante. Pedimos justicia, respeto a los derechos elementales, no mas muertes por femicidio, no más encerronas, portonazos, asaltos a mano armada, violaciones y abusos de menores.
No más robo dentro de las instituciones del estado. No más oídos sordos de las autoridades ministeriales. No más migajas de parte del estado. No más tramites burocráticos de los legisladores. Paremos los robos y especulaciones del los empresarios, de los supermercados, de las farmacias, de las bencineras y de las carreteras concesionarias. El arrastre de la pandemia, pretende justificar mediante el estrés, la cesantía, el hambre y la pobreza, aquellos males sociales. Pero podríamos preguntarnos, ¿Cómo en apenas un año, fuimos capaces de hundir nuestro país en un caos político, educacional y social?
Por lo pronto, ¿Qué nos está pasando?
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