NUESTRA CASA
Jorge Bergoglio
En nuestra casa, todos son bienvenidos. |
Una de las grandes motivaciones que la visita del
representante de la iglesia católica, el Papa, es que nos deja un mensaje
intrínseco en sus palabras y su postura frente a sus seguidores. Del mismo
modo, su encíclica papal muestra los procederes que la comunidad y los mismos jefes
de iglesias, Obispos, Cardenales y sacerdotes, deberían asumir como un mandato
directo de nuestras conductas con respecto al cuidado de “nuestra casa”.
Muy de acuerdo con el mandato de instruir mediante la encíclica
“Laudato si“, la responsabilidad que nos
corresponde en mantener la sustentabilidad del planeta en cuanto a sus
recursos, limpieza y utilización
adecuada de los mismos. Se pide a los grandes conglomerados, evitar el
indiscriminado vaciado de los residuos industriales, la polución aérea,
acuática y terrestre. La biodiversidad animal y vegetal en cualquiera de sus
manifestaciones. Un mensaje inevitable para los tiempos que vivimos y las
acciones que realizamos de forma diaria. La carrera armamentista. El
consumismo. La tecnología. Las enfermedades de trasmisión sexual. La explosión
demográfica y el reinado de la pornografía tanto en letra como, imagen y
sonidos. La acumulación de basura. La pobreza. Las fobias y, se siguen sumando
situaciones a esta largo lista de efecto humano. Somos responsables de nuestra
casa.
Nuestra casa, ha dicho el Papa Francisco. Como si de verdad
viviéramos en fraternidad. Como si de verdad mantuviéramos una relación de
respeto e intimidad. Como si de verdad nos tratáramos de padres a hijos. Como
si de verdad compartiéramos los dolores y los dramas de nuestros familiares.
Como si de verdad compartiéramos nuestro pan en la mesa diaria. Como si de
verdad veláramos el sueño de los nuestros. Como si de verdad compartiéramos a
Cristo o al Padre Todopoderoso en
nuestro hogar.
Nuestra casa menciona el Pontífice, porque entiende la
necesidad y la urgencia de tratar estos temas con la debida seriedad de las
autoridades mundiales y de los millones fieles que siguen la iglesia en todo el
mundo. Nuestra casa, el único lugar donde tenemos potestad de cambiar las cosas
de lugar y de renovarlas si es posible. Nuestro planeta agoniza y sus dolores
traspasan las fronteras de las aguas, de los hielos y de los confines de la
tierra. No tenemos aún el consenso, el lienzo de sensibilidad mundial, pero
alguien debe dar los primeros pasos hacia el cambio climático. La visita del
Papa Francisco puede ser el acontecimiento que desborde la caridad. Después de
todo, la caridad empieza por nuestra casa
No hay comentarios:
Publicar un comentario