MUCHAS CELEBRACIONES, POCAS
CELEBRIDADES.
El año 2017
nos deja los mismos sabores de otros años, nostalgias, alegrías contenidas,
sueños a medias, promesas incumplidas, palabras al viento. Resumiendo los 365
días tenemos los mega incendios, que siendo una catástrofe, celebramos la
llegada de los aviones especialistas en
el combate a los incendios, el SUPER TANQUER. Con todas las improvisaciones, el
resultado fue sorprendente. Los que coronaron de música el festival de Viña y
Olmue. Los aciertos de los jueces en descubrir las redes de corrupción en el
ejército y carabineros. Los fallos en favor de los usuarios de Chilectra
(Enel), aguas andinas, la colusión de las farmacias y tiendas comerciales. Las
leyes de inclusión de género. Los triunfos deportivos, el ego de lucho Jara y
las mentiras de Piñera. ¡Los celebramos!
conductor de tv hiper referente personal |
Piñera. Presidente. Care palo |
La Roja de todos, decepción total. ¡¡No viajan a Rusia!! |
El esfuerzo
de las personas emprendedoras, los ingresos fiscales por la subida del precio
del metal. Las nuevas corrientes políticas emergentes. El florecimiento de
nuevos líderes nacionales. El reconocimiento de los errores en los juicios
políticos y de la iglesia (no así los errores personales), los errores de SENAME, el etiquetado de los envases
alimenticios, los monos inflables por la Alameda, la inauguración de la línea
seis del Metro Santiago y su propuesta tecnológica. El reconocimiento del país
como ejemplo democrático asumiendo las derrotas y victorias electorales de los
presidenciables.
Michelle Bachelet y su hidalguía frente al país y su familia. mantuvo la tranquilidad en los momentos críticos. Su gobierno sintió la ausencia leal de sus partidos de la Concertación - de la Nueva Mayoría.
Por mi parte
la carencia, la presencia, el personaje, la figura descollante en nuestro país
se han diluido hasta el punto de desaparecer de la contingencia. Los
intelectuales simplemente no han aportado nada sustancial a la sociedad y se
echan de menos los acontecimientos que permitan visualizar a las celebridades
en todos los ámbitos de la cultura. Aparentemente se convirtieron en figuras de
papel, pues se limitan a escribir o a subsistir, registrando sus intimidades
domesticas para el análisis del faranduleo. La ciencia es privativa, la
literatura es comercialmente mediocre,
la política un payaseo. Solo nos queda la visita del más alto representante de
la iglesia católica, el Papa como “la” celebridad por destacar, después de
esto, que no se nos ocurra llamar a Mon Laferte, una celebridad. Sería el colmo
de la frivolidad.
Mon Laferte hizo una presentación inolvidable en el último Festival de Viña del Mar. Reconocida por todos.
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